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Los deportes de montaña, nos ofrecen la posibilidad de aislarnos del bullicio de la ciudad y compartir, íntimamente, con la naturaleza. Estos deportes, son por lo mismo, actividades cada vez más populares y al hacerse populares se hace importante tener pautas de conducta acordes a los lugares visitados.
Al ser zonas de difícil acceso y con condiciones extremas, mucha de los males allá generados, tienden a ser mucho más devastadores que en otras partes. Por ejemplo, a gran altura los residuos orgánicos son muy difíciles de degradar.
Por esto mismo, la Declaración Tyrol Acerca de las Mejores Practicas Sobre la Montaña, nos guía en lo relacionado al medio ambiente.
Ella establece:
El libre acceso a las montañas, realizado de forma responsable, es un derecho fundamental. Las actividades de montañismo, se deben practicar respetando el medioambiente y ser proactivas en su conservación. Además, se respeta las restricciones o regulaciones de acceso acordadas con organizaciones con fines conservacionistas y autoridades.
- Respetamos las medidas para proteger el medioambiente de las montañas, la vida silvestre en ellas y incentivamos al resto de los montañistas a hacer lo mismo. Al evitar los ruidos, contribuimos a no perturbar la vida silvestre.
- Dentro de lo posible, nos movilizamos a nuestros destinos utilizando transporte público, para minimizar el tráfico sobre los caminos.
- Con el fin de minimizar la erosión y no perturbar la vida silvestre, nos mantenemos dentro de los senderos señalizados durante los acercamientos y, si no los hubiese, elegimos la ruta más eco-compatible.
- Durante los periodos de anidamiento y reproducción, respetamos las restricciones de acceso por temporada. En el caso de que seamos los primeros en descubrir anidamientos en la roca, debemos pasar este conocimiento a los demás escaladores y asegurarnos de que se mantengan fuera de las áreas de anidamiento.
- Durante los primeros ascensos, somos cuidadosos de no poner en peligro los biotopos de especies exóticas de plantas y animales. Al equipar rutas, debemos tratar de minimizar los impactos medioambientales que puedan ocasionar.
- Se deberá considerar el efecto popularizador, que tiene equipar rutas, sobre la capacidad de carga del lugar.
- Tratamos de minimizar los daños sobre la roca, al utilizar las técnicas de protección menos dañinas.
- No sólo nos llevamos nuestra basura de vuelta hacia la civilización, sino que también, nos llevamos las basuras dejadas por otros.
- En la ausencia de instalaciones sanitarias, mantenemos una distancia prudente de casas, campamentos, arroyos, ríos y lagos, al defecar y tratamos de no ofender las nociones estéticas de otras personas. En lugares muy frecuentados y con bajo nivel de actividad biológica, los escaladores se toman la molestia de llevarse sus heces.
- Mantenemos nuestros campamentos limpios, minimizando nuestra basura y depositándola en lugares adecuados. Todos los equipos de montaña, ya sean cuerdas fijas, carpas y botellas de oxígeno; deben ser removidas al final de la campaña.
- Minimizamos nuestro consumo de energía. En países con escasez de madera, tratamos de evitar acciones que puedan contribuir a la deforestación. Es nuestra responsabilidad llevar todo el combustible a utilizarse en la expedición.
- El turismo en helicóptero, debe evitarse en las zonas en las que es dañino para la naturaleza y la cultura local.
- Es responsabilidad de los dueños, las autoridades y asociaciones pertinentes, negociar en lo que se refiere a conflictos en cuanto a acceso.
- Tenemos una participación activa en cuanto a la implementación de las medidas anteriores, especialmente en cuanto a su difusión y estableciendo la infraestructura necesaria.
- Conjuntamente con las asociaciones de montañismo y otros grupos conservacionistas, somos proactivos en las políticas de conservación del medio ambiente.