Siempre pensé que las “galletas María” eran un bizcocho local. Como en el caso de México, éstas parecen ser casi una marca en particular, no consideraba posible que existieran en el extranjero. Pero si tal fuera el caso, un español no podría escribir una receta de base para tarta con “galletas María”. Mucho antes de la globalización, “las María” se difundieron a lo largo del planeta.
PUBLICIDAD
En 1874, las galletas María fueron hechas como un regalo de bodas para la duquesa María Alexandrovna de Rusia y el príncipe Alfredo I, hijo de la Reina Victoria. El repostero Peek Frean, trató de crear el bizcocho perfecto para tomar el té. Una galleta que estuviera un poco tostada, resistiera la humedad de la leche o el agua caliente, pero que no fuera demasiado dura. Además, esta nueva variación de galleta, tenía los adornos más elaborados que cualquier otra galleta para el té.
En las siguientes décadas, “las María”, se fueron popularizando y reproduciendo en otros países. En 1918 llegaron a España, pero fue hasta después de la Guerra Civil Española, cuando tuvieron un verdadero auge. Gracias a que el trigo se abarató en la post-guerra, se produjeron cantidades masivas de galletas María, convirtiéndose en un elemento imprescindible en el desayuno español.
Con el intercambio comercial, y cultural entre España y Latinoamérica, las galletas María fueron incorporándose poco a poco en la dieta, hasta convertirse en elementos tan comunes, que a veces hasta pensamos que son originarios de nuestros lares. Lo más increíble, es que no sólo son populares en Latinoamérica, España y Portugal, sino en países asiáticos, y escandinavos ¿Qué tendrán esas galletas que forman parte no sólo de la historia, sino de un gusto universal?
Fuente: The Independent y Sigo Joven
Imagen: (cc) Dick Thomas Johnson (Flickr)