El día de la boda de la princesa Diana y el príncipe Carlos, fue el peor día para la madre de los príncipes William y Harry.
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Todo gracias a Camilla Parker, la amante que Carlos tenía y que no tuvo la decencia de no asistir la boda y dejar que Diana disfrutara su día.
Para nadie es un secreto el triángulo amoroso en el que vivió Diana y que escandalizó al Reino Unido. Incluso, ella misma lo declaró ante la BBC: “En este matrimonio somos tres personas”, refiriéndose a Camilla Parker, la “amiga íntima” del Príncipe Carlos, quien significó un verdadero dolor de cabeza para Diana.
Ella sabía desde un inicio de la existencia de Camilla. Así lo asegura Sally Bedel Smith, escritora de la nueva biografía del Príncipe Carlos. Según la autora, el día de la boda fue una tortura para Lady Di, pues la amante de su futuro esposo estaba entre los invitados.
Según Sally, Diana escuchó a Carlos hablar tiernamente por teléfono con Camilla justo antes de la ceremonia. La princesa no se quedó callada y encaró al Príncipe Carlos.
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“Él le dijo que Camilla había sido una de sus “amigas más íntimas”, pero que su “intimidad” había terminado”, relata la autora.
Para ese entonces Carlos y Camilla habían terminado su romance. Pero, fue un duro momento para Diana escuchar esa conversación.
Camilla fue invitada a la boda y como todos los invitados recibió un regalo. El de ella fue un brazalete de oro que tenía el grabado “GF”, en referencia a “Girl Friday” (chica viernes), como el Príncipe Carlos cariñosamente le decía.
“Diana después dijo que había estado tan obsesionada con Camilla que mientras caminaba lentamente con su padre hacia el altar, había examinado a los asistentes hasta que sus ojos se toparon con los de su némesis”, dijo Sally.
Años después Diana se divorció y pudo ser feliz por un tiempo. Y Camilla se casó con el Príncipe Carlos en el 2005, algo que no fue bien visto por la realeza ni por el mundo entero, quien aun sigue recordando y admirando a la princesa Diana.
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