En la familia real de Inglaterra no todo es perfecto, aunque parezca y traten de aparentarlo. Una de las mayores infidelidades que se ha vivido en la realeza es la del príncipe Felipe de Edimburgo a la reina Isabell II.
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Isabel se enamoró de un cautivador Felipe cuando ella tenía solo 13 años y él 19, la pasión era evidente entre ellos, pero empezó a disminuir cinco años después de su boda, celebrada en 1947.
Felipe empezó a sentirse incómodo con su papel de consorte y enseguida empezaron a circular los rumores sobre sus posibles infidelidades.
Se le atribuyó una relación con Zsa Zsa Gabor. Igualmente se habló de su fijación por la actriz Patricia Hodge. “El duque necesitaba una válvula de escape”, aseguraba en el programa el historiador Piers Brendan.
“La reina se llegó a mostrar perturbada, especialmente cuando volvía oliendo a Oporto», aseguró Brendan. Pero observadores de palacio afirman que fue junto a Lady Penny Brabourne, 30 años más joven que él, con quien encontró el amor maduro.
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Oficialmente, se trató de una entrañable amistad pero alguna que otra foto robada demostró que el duque tenía otra reina lejos de palacio.
En ese momento, Penélope se encontraba en su último curso de Historia en la facultad de Económicas de Londres y era la novia de Norton Knatchbull, Lord Brabourne, ahijado de Felipe y primo y amigo de Carlos de Inglaterra.
Cuando se conocieron, Penny era una joven aristócrata de tan solo 22 años, mientras que el príncipe Felipe ya superaba los 55 y con una apariencia muy atractiva y varonil.
Pese a que ella estaba por casarse, eso no impidió que Penélope y el duque se mantuvieran en constante contacto. Conforme pasó el tiempo, ella se convirtió en su compañera habitual en las carreras y en los eventos de Equitación.
El príncipe Felipe también estaría con ella en momentos complicados y dolorosos como cuando Lord Brabourne la abandonó por irse con otra mujer en las Bahamas.
Sin embargo, con el tiempo, Isabel y Felipe llegaron a entenderse y a la sombra de esa relación férrea e indisoluble que proyectan establecieron un régimen abierto y liberal que solo era latente cuando ambos pasaban largas temporadas separados, ella en Windsor y él en Balmoral, o a la inversa.