Después del desenlace de la saga Crepúsculo en 2012, la mayor parte del elenco principal tomó el impulso que la franquicia dio a sus carreras artística para continuar cosechando éxitos por separado.
PUBLICIDAD
Sin embargo, en los más de 10 años que han pasado tras el final, las estrellas de las películas basadas en las novelas de Stephenie Meyer no solo han protagonizado películas, también momentos duros.
Tal es el caso de Ashley Greene, una de las actrices protagónicas, quien vivió una tragedia poco después del estreno del último largometraje de la serie: Crepúsculo la saga: amanecer, parte 2.
La tragedia que Ashley Greene vivió tras el final de la saga Crepúsculo
En marzo del año 2013, la intérprete de Alice Cullen en la saga sufrió la trágica pérdida de uno de sus perros luego de que el apartamento en el que vivía en West Hollywood, California, se incendiara.
Un bombero contó a TMZ que Greene, su entonces novio y su hermano, Joe, salieron de fiesta la noche anterior y volvieron tarde a dormir. Mientras dormían, el incendio se inició en el sofá de la sala por una vela.
Al darse cuenta de las llamas en el lugar, los tres salieron corriendo del departamento, pero notaron que sus mascotas Marlo y Theo, dos canes de raza toy terrier americano, aún estaban en el hogar.
Los hombres trataron de volver para salvarlos, pero no pudieron. Algunos residentes intentaron apagar el fuego con extintores mientras esperaban los bomberos y quedaron cubiertos de hollín.
PUBLICIDAD
Alrededor de 10 camiones llegaron al edificio de siete pisos para extinguir el incendio. Los bomberos luego lograron salvar a Theo, pero Marlo lamentablemente fue hallado muerto debajo la cama.
Ashley quería quedarse con el perro fallecido, así que se lo entregaron cubierto por una sábana. Además, otras tres personas que vivían en el edificio sufrieron heridas leves y recibieron atención.
Por otro lado, la vivienda de la famosa “quedó reducida a cenizas”, según reportó el medio en su momento. Lastimosamente, la tragedia no acabó ahí, sino que continuó un año más tarde.
Y es que, en octubre de 2014, el portero del edificio, Adrian Mayorga, afirmó que se había hallado una pipa de crack de vidrio dentro del apartamento luego de que el incendio logró extinguirse.
No se pudo encontrar evidencia de esto, pero Greene enfrentó una demanda de parte de varios inquilinos debido a que el accidente dejó graves daños en varias de las unidades del inmueble.
Mayorga también la demandó asegurando que había sufrido un daño respiratorio de por vida y “se lastimó mientras corría por los pasillos llenos de humo, gritando a los residentes que huyeran".
Luego de dos años de batalla legal, Greene y Mayorga decidieron terminar su disputa y llegaron un acuerdo “por una cantidad no revelada”, según informó TMZ.
