Todo el mundo quedó estupefacto cuando vio a la modelo y arquitecta, Bianca Censori, quedó como Dios la trajo al mundo en la alfombra roja en los premios Grammys a inicios de año. Luego se conoció que, supuestamente, rompió su relación con Kanye West, algo que fue aplaudido por el público, pero que duró poco.
Al parecer, el posar desnuda frente a todos fue lo último que estaría dispuesta a soportar tras dos años de matrimonio y un sinfín de controversias por sus atrevidos atuendos y gran parecido a Kim Kardashian, expareja de Kanye.
Se reseñó en varios medios de comunicación que él le pagaría a Bianca cinco millones de dólares por la separación y que ella permanecería en la mansión de Beverly Park North, Los Ángeles, donde vivía con el rapero.
Sin embargo, poco tiempo después, el representante de la pareja, Milo Yiannopoulos, desmintió los rumores: “Son completamente falsas. Ye y Bianca están Los Ángeles, a punto de disfrutar junto el Día de San Valentín”.
Lo cierto, es que el público se indignó mucho al verla desnuda y temerosa posando frente a decenas de fotógrafos y que millones de personas en el mundo la vieran, para demostrar que serían hablarían más de ellos que de la propia premiación musical.
Lo volvió a hacer
El empresario musical de nuevo usó el cuerpo de su esposa para enviar un mensaje al público, esta vez, para promocionar el nuevo proyecto en el que coparticipa, una película, que ha costado 25 millones de dólares estadounidenses.
La cinta está protagonizada por la misma Bianca y trata de explorar el cuerpo femenino como ‘algo para exhibir’, destacó el portal europeo Daily Mail. La película fue grabada en Japón y, presuntamente, ella una vez más se negó a continuar la filmación porque está “traumatizada” por los comentarios antisemitas que ha hecho su pareja en X.
Pero, mientras tanto, él está muy feliz por lo que está logrando: “Estoy tan orgulloso de mi esposa por protagonizar su primera película rodada en Japón, dirigida por Vanessa Beecroft y producida por mí”, escribió el cantante de 47 años en su cuenta en Instagram, junto a una imagen de Bianca desnuda, tumbada en el suelo.
Trascendió, que Censori el año pasado le manifestó a un informante que estaba “realmente harta de su búsqueda de atención” y que le preocupaba que sus arrebatos la “estuvieran haciendo parecer antisemita, lo cual está muy lejos de la verdad”.
