Sylvester Stallone, una de las figuras más emblemáticas del cine de acción, llevó su cuerpo al límite durante la filmación de Rocky III, donde buscaba alcanzar una apariencia física propia de un boxeador profesional.
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La obsesión por lograr una forma perfecta lo llevó a seguir un régimen extremadamente estricto que afectó tanto su salud física como mental.
Sylvester Stallone comparte cómo fue su preparación física
En una reciente entrevista con The Wall Street Journal, Stallone reveló los sacrificios que hizo para lograr ese cuerpo de élite y las consecuencias que casi le cuestan su bienestar.
Para Rocky III, su dieta era mínimamente calórica, destinada a mantener su grasa corporal en niveles mínimos, cerca del 2,8%. “Mi desayuno entero solía ser tal vez dos pequeñas galletas de avena hechas con arroz integral y diez tazas de café porque quería mantener mi grasa corporal en 2,8%”, contó Stallone. Alimentarse casi exclusivamente de atún y café —llegando a consumir hasta 25 tazas al día— fue parte de su estrategia para mantenerse delgado y definido, pero esta rutina lo dejó en un estado crítico.
“Estaba olvidando hasta mi número de teléfono”, confesó. La carencia de nutrientes y el abuso de cafeína afectaron seriamente su memoria y capacidad cognitiva, llevándolo a experimentar efectos debilitantes, tanto físicos como mentales.
Las secuelas del entrenamiento extremo y el cambio de enfoque de Stallone
Aunque su físico en Rocky III fue impresionante, el sacrificio que hizo Stallone para lograrlo pasó factura en su salud a largo plazo. La falta de una alimentación equilibrada, combinada con el sobreentrenamiento, derivó en varias lesiones que lo obligaron a someterse a numerosas cirugías.
“He tenido cinco operaciones de espalda, dos de hombro, tres fusiones de cuello, ambas rodillas... Soy biónico”, declaró el actor, refiriéndose al alto número de procedimientos quirúrgicos que ha tenido que enfrentar.
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Con el tiempo, Stallone tuvo que modificar su enfoque del entrenamiento, alejándose de los pesados levantamientos de pesas y adaptándose a métodos más suaves como el uso de bandas y cables para mantener la movilidad sin poner en riesgo sus articulaciones.
“He pasado de levantar pesas normales a usar principalmente bandas y cables. Es como terapia física. Usas la barra, haces diferentes movimientos y mantienes las articulaciones en movimiento todo el tiempo”, explicó.
