Francisca Viveros Barradas, mejor conocida por su nombre artístico Paquita la del Barrio, fue una de las cantantes mexicanas más famosas y exitosas en toda la historia de la música en Latinoamérica.
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En cinco décadas de una brillante carrera, Paquita ganó gran reconocimiento por cantar temas sobre el desamor que además denuncian el machismo y exaltan la emancipación de las mujeres.
Sin embargo, antes de convertirse en un icono de la música regional mexicana, la versátil artista fue una joven como muchas que aspiraba ganarse la vida con su talento nato y pasión por la música.
De esa etapa de su vida solo quedan algunas fotos que la dejaron inmortalizada en la flor de la juventud. En muchas de ellas, aparece junto a su hermana y primera colaboradora musical, Viola.
Con motivo del fallecimiento de la intérprete de Rata de dos patas, a continuación, te presentamos tres retratos que muestran cómo se veían ella y su hermana joven y te contamos sobre su vida.
Fotos de Paquita la del Barrio y su hermana que muestran cómo se veían en su juventud
Paquita la del Barrio llegó al mundo en Alto Lucero, Veracruz. La pobreza la rodeó desde temprana edad, pero también mostró desde entonces una gran capacidad vocal al cantar que la hizo resaltar.
En las primeras etapas de su vida, Paquita descubrió su vocación por el canto, pero no era la única en su familia apasionada por la música. Y es que su hermana Viola también compartía esta pasión.
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Juntas comenzaron a cantar en fiestas de la localidad y fueron muy bien recibidas por el público. No obstante, el trayecto hacia el éxito dentro de la industria se complicó con los amores de su vida.
Durante su adolescencia, Francisca se enamoró del que sería su primer esposo. En ese entonces, ella tenía 15 años y él, 45. Pese a la diferencia de edad, iniciaron una relación y tuvieron dos hijos.
Luego, en la década de los setenta, las hermanas Barradas decidieron mudarse a la Ciudad de México, en donde probaron su suerte en la música como el dueto musical Las Golondrinas.
Sin embargo, su carrera como dúo se truncó cuando Viola aceptó hacer una gira por América del Sur sin ella. La decisión golpeó fuerte a Paquita, quien luego dejó la música de forma temporal.
Determinada a cumplir su sueño de convertirse en una cantante, la joven luego comenzó a trabajar en La Fogata Norteña, sitio en el que conocería al que sería su segundo marido, Alfredo Martínez.
Al igual que con su primer esposo, su relación con Martínez estuvo marcada por momentos duros. La artista fue víctima de violencia e incluso sufrió la pérdida de unos gemelos, reportó Soy Carmín.
En esta época, Paquita comenzó a expresar sus ganas de resarcimiento de los hombres abusadores en canciones que la afianzaron como un símbolo de empoderamiento femenino.
A finales de los 70, decidió abrir un restaurante en la capital mexicana en donde presentaba un espectáculo que ganó gran popularidad con sus temas de despecho y mofa hacia los hombres.
Desde entonces, la carrera de Paquita la del Barrio fue en ascenso. A lo largo de su trayectoria, lanzó más de 40 álbumes y se afianzó como una de las más grandes leyendas de la música mexicana.
Al igual que otros grandes, ganó incontables premios y su vida fue recreada en una serie. Hoy, su legado sigue y su historia siempre será ejemplo de cómo el arte puede convertir el dolor en ímpetu.
