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“La otra boda”: la frenética guerra de ‘novias’ entre Tracy Flick y Ron Burgundy

La nueva comedia de Prime Video recurre a los estamentos del género para juntar a dos grandes actores como Reese Witherspoon y Will Ferrell.

Para los gringos las bodas son uno de los asuntos más importantes en la vida: hay una industria multimillonaria que incluye un anillo carísimo, un lugar idílico, vestidos de novia que cuestan lo que se gana un profesionista latinoamericano (y hay toda una serie de realities al respecto), y una sucesión de eventos que rodean toda la ceremonia: pre fiestas de compromiso, despedidas de soltero, fiesta durante y post la boda y por supuesto, la ceremonia, que tiene que ir más allá de toda expectativa.

Siendo así, se han creado clásicos del género: la muy británica ‘Cuatro Bodas y un funeral’, donde se hablaba de todo esto en la clase alta londinense en los 90. ‘Guerra de novias’, con Anne Hathaway y Kate Hudson en su prime, y por supuesto, ‘La boda de mi mejor amigo’, donde Julia Roberts, envidiosa, le quería robar el novio a una muy joven Cameron Díaz, entre otras películas.

En ese contexto se sitúa ‘La otra boda’, donde Reese Witherspoon y Will Ferrell hacen de los personajes arquetípicos que los han hecho tan populares en sus películas y en donde luchan para casar a sus seres queridos compartiendo el pequeño espacio en una islita idílica. Witherspoon es una productora bastante mandona, rígida y cuadriculada. Se hace familiar: uno de sus personajes más desesperantes de adolescente era la ambiciosa estudiante Tracy Flick y es como verla ya madura. Este arquetipo se ve un poco también en Elle Woods como presidenta de su hermandad o como la diseñadora de ‘Como si fuera cierto’. Witherspoon sabe cómo sacar de quicio con un personaje que le calza bien.

En el caso contrario está Will Ferrell, que también ha basado los éxitos de su carrera en crear a hombres inmaduros que tienen que crecer a los golpes: ahí está como un padre viudo que recuerda al Lars de su película de Eurovisión, al perdedor de ‘Hermanastros’ o al mismísimo Ron Burgundy, e incluso al papá beta de ‘Gritando y Pateando’. Dos personas que temen quedarse solas al ver a su hermana e hija respectivamente, casarse.

Podría funcionar con arquetipos tan opuestos: Ferrell tiene momentos desopilantes como la lucha con un lagarto. Pero no llega a cuajar su química con Reese Witherspoon (bastante forzada). También tiene que lidiar con las realmente insoportables amigas de su hija - un cliché woke de la Generación Z extremadamente desesperante- y con el hecho de que sí, su relación con ella produce mucho cringe. Cringe nivel Targaryen. Y con eso se dice todo.

Quizás la mejor parte viene de la familia de Reese: una caricatura de una familia sureña en todo su esplendor, con sus Range Rovers blancas, su amor por las armas, su disfuncionalidad y sus ganas de aparentar. Cosas que si uno conoce de la cultura gringa, pueden resultar desternillantes, pero para un espectador medio de otro país, son imperceptibles.

Hay grandes escenas de comedia física, sobre todo a cargo de Ferrell. Whiterspoon se limita a poner toda su “mala onda” como elemento cómico. Pero lo que podría ser una gran comedia de Nicholas Stoller termina en lugares comunes con pocos momentos originales que causan risa. Ahora, si le quiere dar una oportunidad puede verla en Prime Video. Y en esta plataforma encontrará otros lanzamientos de comedia de varias épocas y para todos los gustos.

Muérete, Bonita (1999)

Una joya absoluta de la comedia negra, donde se documenta un concurso de belleza en un pueblo del Medio Oeste americano. Kirsten Dunst es Amber, una joven de clase obrera que vive en un remolque junto con su madre. Ella compite contra Rebecca Leeman (Denise Richards), hija de la organizadora del concurso, que como buena madre de una concursante de belleza, es la más rica, en apariencia la más bondadosa y amante de las armas.

Así, en medio de sucesivas muertes y accidentes, se ve la dinámica y la parodia de la sociedad estadounidense rural en todo su esplendor. La comedia brilla por su reparto, donde también destacan Amy Adams en su debut y Allison Janney por su estereotipo de mujer “white trash” que tan bien desarrollará en películas como ‘I, Tonya’ o en la serie ‘Mom’, también en Prime.

Mom (2013-2017)

En esta comedia que duró ocho temporadas, Janney es la madre ex adicta de Anna Faris, que también es una camarera que es alcohólica en recuperación y que también fue madre adolescente. Ambas tienen que lidiar, en esta excelente comedia de situación creada por Chuck Lorre, con sus resentimientos compartidos, su convivencia y su recuperación de las adicciones, mientras enfrentan su cotidianidad con trabajos malos, embarazo adolescente, o desalojos, entre otras particularidades. Estrellas invitadas como Octavia Spencer también brillan en este programa.

Gosford Park (2001)

Creada por Julian Fellowes, es como la “madre” de Downton Abbey. En la Inglaterra rural de los años 30 se reúnen, en casa de Sir William, las cuñadas de este, una estrella de cine y varios arribistas por el camino. Maggie Smith hace de una condesa bastante arribista, deshumanizada e interesada, por ejemplo. Tom Hollander hace de un empresario fracasado.

Estas dinámicas contrastan con todo el movimiento que hay en la servidumbre (como se ve en la serie también creada por Fellowes), sus dramas y lo que piensan realmente de sus señores. Una excelente joya de época nominada al Oscar.

Chicas sin Freno (2009)

Elliot Page, cuando era Ellen Page, aprovechó el arrastre de ‘Juno’ para hacer una película independiente apoyada por Juliette Lewis, Kristen Wiig y Drew Barrymore, quien dirige el largometraje. Esto, en medio del mundo underground de la competencia de patines y combate nivel femenino en un pueblo pequeño.

Es una de las joyas de toda la onda indie de los dosmiles, y su estética era el nivel aspiracional de toda adolescente y veinteañera en aquella época.

Toda la trilogía de Bridget Jones

A propósito de su cuarta parte, por qué no recordar las peripecias de la torpe socialmente, ridícula y descuidada periodista que muy a su pesar enamora al señor Darcy interpretado por Colin Firth. Uno que divierte saliéndose de la ropa cada vez que se agarra a puños con Hugh Grant (el vanidoso y mujeriego editor Daniel Cleaver) y que lidia con las situaciones absurdas de su interés amoroso. Humor inglés en su más fina expresión.

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