El 2025 apenas comienza, y Netflix ya está reafirmando su liderazgo en el mundo del streaming. La plataforma ha apostado por un estreno internacional que, a tan solo unos días de su llegada, se ha colocado como el título más visto en su catálogo global. “No. 24″, una película de guerra noruega basada en hechos reales, no sólo está conquistando a la audiencia, sino que también ha generado intensas conversaciones entre críticos y cinéfilos.
Las películas bélicas siempre despiertan interés, especialmente cuando logran ir más allá de los disparos y las estrategias militares para explorar las complejidades humanas detrás de los conflictos. Es en este terreno donde “No. 24″ brilla con una intensidad conmovedora, contándonos una historia que no solo retrata el heroísmo, sino también el costo psicológico y moral de la resistencia frente a la opresión.
Una historia real que resuena
Dirigida por John Andreas Andersen, “No. 24″ nos sumerge en la vida de Gunnar Sønsteby, un joven noruego que, en el momento más oscuro de su país durante la ocupación nazi, toma la decisión de unirse a la resistencia. Lo que comienza como una acción impulsiva se convierte en una misión cargada de decisiones imposibles, traiciones y sacrificios. Sønsteby, interpretado magistralmente por Sjur Vatne Brean, adopta múltiples identidades para liderar el grupo conocido como “La Banda de Oslo”, llevando a cabo actos de sabotaje que se convirtieron en hitos de la resistencia noruega.
La narrativa, sin embargo, no sólo se centra en sus hazañas. Andersen nos ofrece un retrato íntimo de Sønsteby en su vejez, cuando comparte su historia con un grupo de estudiantes. A través de sus recuerdos, el director construye un puente emocional entre el pasado y el presente, explorando cómo los eventos de la guerra dejaron cicatrices imborrables en su mente.
Más que una película de guerra
Lejos de ser una producción repleta de acción superficial, “No. 24″ se enfoca en el impacto humano de las decisiones tomadas bajo presión extrema. El filme no teme mostrar las sombras de la resistencia, cuestionando el precio del heroísmo y enfrentando las duras realidades de luchar contra un enemigo implacable.
En uno de los momentos más impactantes, la película aborda la ejecución de colaboradores noruegos identificados por los Aliados. Estas escenas, aunque duras, no están diseñadas para explotar la violencia, sino para profundizar en el conflicto interno de Sønsteby, quien carga con el peso de estas decisiones hasta el final de su vida. Es en estos momentos donde la película alcanza su máxima fuerza, recordándonos que las guerras no solo destruyen físicamente, sino que también dejan cicatrices emocionales imborrables.
La dirección de Andersen combina momentos de alta tensión con escenas profundamente emotivas. Visualmente, la película es un deleite: la cinematografía captura tanto la belleza fría de los paisajes noruegos como la opresión de la ocupación nazi. Cada encuadre está cuidadosamente diseñado para sumergir al espectador en la época y transmitir la atmósfera de constante peligro que vivieron los personajes.
Las actuaciones son otro punto fuerte. Sjur Vatne Brean da vida a Sønsteby con una mezcla de vulnerabilidad y determinación que lo hace profundamente humano. Los actores secundarios, entre ellos Lisa Loven Kongsli y August Wittgenstein, aportan capas adicionales a la narrativa, enriqueciendo la experiencia sin robar protagonismo.
Si buscas una película que te haga reflexionar, que te conmueva y que te mantenga al borde del asiento, este estreno de Netflix es imprescindible. Con una calificación de 8.1 en IMDb y el respaldo de la crítica especializada, “No. 24″ se posiciona como un fenómeno que no puedes dejar pasar.