Bertha Elisa Noeggerath Cárdenas, era el verdadero nombre de la cantante Dulce, quien falleció este miércoles 25 de diciembre.
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La interprete de éxitos como Tu Muñeca, Déjame Volver Contigo o Lobo, nació en Matamoros, Tamaulipas, el 29 de julio de 1955 y comenzó su carrera musical siendo una jovencita, con una increíble y potente voz.
Fue la hermana de la cantante, Isabel Noeggerath, quien confirmó la lamentable noticia este miércoles a través de sus redes sociales.
¿Quién fue el amor de su vida?
La cantante contó en diversas entrevistas que a los 18 años de edad se fue a vivir con quien dijo fue el amor de su vida: Gonzalo Vega.
Y aunque aseguró lo anterior, la relación entre ellos no fue tan larga como ella hubiera querido, además resaltó que durante el primer año no disfrutaba de las relaciones sexuales con el actor.
La también actriz contó a Jordi Rosado que se enamoró perdidamente del fallecido actor, a quien describió como un hombre respetuoso y caballeroso. Ella tenía 17 años cuando se conocieron, pero él esperó hasta que cumplió la mayoría de edad para hacer oficial su relación sentimental, pues su madre no aceptaba que fueran pareja.
“Cuando yo cumplí 18 me pidió ser su novia y le dijo a mi mamá. Yo era la del pueblito, para mí el sexo no existía, nunca representó una tentación sexual, yo me enamoré de su sonrisa”, declaró.
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Confesó que al principio les costó mucho trabajo adaptarse a vivir juntos, incluso él dormía en la sala y ella en la habitación. Dijo que Gonzalo le tuvo mucha paciencia, pues ella tenía la creencia que el “sexo era malo, era prohibido”, pues en su hogar no se hablaba de sexo y ella había crecído con esos tabúes.
Ante esta situación que vivía en la intimidad de su hogar, Dulce tenía amigas que le decían que tenía que disfrutar de “semejante hombre” que tenía junto a ella , sin embargo, le daba “miedo”.
“Yo les decía ‘no quiero, me da asco, me da terror, me da miedo’ y mis amigas me decían que era una tonta..., (me decían) ‘ve el hombre que tienes, esa belleza de hombre y no estás aprovechando’, pero yo así de que tengo que sentir, qué es eso y ellas me decían ‘relájate y déjate llevar’, entonces dije ‘ok, ta bueno, y ofrecí mi sacrificio, ni modo, no lo quería perder”.