El 2024 fue un año lleno de escándalos para la familia Aguilar, lo que ha puesto en duda el futuro de la tan célebre Dinastía. Ángela Aguilar, una de las más prometedoras estrellas de la música regional mexicana, ha visto cómo su nombre ha sido vinculado a controversias que no dejan de empañar su carrera, mientras que su padre, Pepe Aguilar, se enfrenta a un panorama complicado tras intentar proteger la imagen de su hija.
Uno de los episodios más comentados fue el romance de Ángela con Nodal, que fue rápidamente acusado de una traición hacia Cazzu, la ex pareja de Nodal y madre de su hija. Esta relación se dio a conocer poco tiempo después de que Nodal terminara su noviazgo con la cantante argentina, lo que generó una ola de críticas sobre la moralidad de la situación. Para muchos, este suceso mediático ensombreció el futuro de la joven cantante, quien hasta entonces era vista como una de las voces más frescas y talentosas de la música mexicana.
El ambiente se volvió más tenso con el paso de los meses pues Ángela se enfrentó al rechazo del publico en múltiples ocasiones como fue en los Kids Choice Awards, donde fue abucheada y los cuestionamientos por su elección como “Mujer del Año” por la revista Glamour.
A pesar de ser una oportunidad para recuperar su popularidad, terminó siendo contraproducente pues muchos pensaron que su papá pagó para limpiar su imagen.
¿La caída de los Aguilar?
La gota que colmó el vaso ocurrió en un reciente concierto gratuito. En un evento organizado en la Feria Internacional de Querétaro, el trío compuesto por Pepe Aguilar y sus hijos Ángela y Leonardo se presentó ante un público expectante. Sin embargo, a tan solo minutos de iniciar, el lugar se encontraba semivacío. Lo más desconcertante fue que el concierto era de entrada libre, lo que indicaba que la crisis de la familia Aguilar había llegado a un punto crítico.
Un video viral en TikTok mostró cómo el espacio a campo abierto, donde se celebraba el evento, estaba casi desértico. Incluso se había habilitado un QR para que los asistentes pudieran ganar una convivencia con los artistas, pero los usuarios de redes sociales rápidamente señalaron que nadie parecía estar interesado en participar. Las reacciones no se hicieron esperar: “Ni aunque fuera gratis”, decían algunos internautas, mientras que otros se referían al evento como una consecuencia de la “soberbia” de los Aguilar.
El malestar del público no se limitó a este evento. Los rumores sobre un supuesto veto impuesto por Pepe Aguilar, quien habría amenazado con multar a cualquier persona que gritara el nombre de Cazzu durante sus presentaciones, también comenzaron a circular. Aunque el propio Pepe desmintió estos rumores, el ambiente seguía siendo tenso y cargado de resentimiento hacia la familia. Las redes sociales se llenaron de comentarios que expresaban rechazo hacia los Aguilar, acusándolos de prepotentes y despectivos, y manifestando que no los querían más en México.
En medio de todo esto, el legado de la familia Aguilar se encuentra en una encrucijada. Pepe Aguilar, con su vasta trayectoria en la música, ha intentado mantener la estabilidad de la dinastía, pero los escándalos han opacado su imagen y la de su hija. La pregunta que muchos se hacen es si la familia podrá superar esta etapa de crisis o si el desgaste mediático los llevará a una caída irreparable.