Lo que comenzó como un retiro espiritual para conectar con el interior y la naturaleza, terminó en desgracia para la actriz mexicana Marcela Alcázar Rodríguez. A sus 33 años perdió la vida tras, presuntamente, ingerir una bebida. El fallecimiento se registró la madrugada del 1 de diciembre, pero se divulgó este miércoles 4 de diciembre.
De acuerdo con la información reseñada por Univisión, el deceso se produjo en el Centro Moyocoyani, ubicado en Durango, México. Testigos informaron que ella tomó Kambó, una bebida hecha con algunas sustancias naturales y que esto, al parecer, le ocasionó la intoxicación mortal.
Trascendió que a los pocos minutos de tomarla vomitó y diarrea severa, y que esto es considerado como una reacción “normal” como parte del proceso de sanación. Así lo afirmó a el diario Milenio, Luis Manuel Naranjo, presidente del Colegio de Psicólogos de México: “La persona empezó a vomitar y los chamanes que estaban a cargo impidieron a los servicios médicos, uno de los efectos secundarios de esto es vómito, si es normal que la gente vomité, porque ellos los manejan como parte de la cura, de la purga, cuando te estás limpiando es cuando vomitas”.
El chamán que le dio el brebaje huyó y está siendo buscado por las autoridades. La Fiscalía mexicana inició las investigaciones para determinar con exactitud lo ocurrido y hacer justicia. Marcela Alcázar era conocida como “Marsh” y se desenvolvió en proyectos de cine como cortometrajes y películas que tuvieron a Durango como locación.
¿De qué está hecho el kambó?
La polémica bebida kambó está hecha con base de la rana Phyllomedusa bicolor, que tiene un brillante color verde y se encuentra, principalmente, en la selva del estado de Acre, en el noreste de Brasil, aunque también vive en las selvas de Bolivia, Colombia, Guyana, Perú y Venezuela, según un artículo que publicó en el 2016 la BBC Mundo.
Según los chamanes sirve para fortalecer el sistema inmunológico. La forma de preparación consiste en “cazar la rana tras seguir sus cantos, luego es amarrada por sus extremidades sin causarle daño (ya que se le considera sagrada) y durante tres días, con un palo de bambú, se recolecta la secreción de su lomo. Esta secreción se deja secar posteriormente y es usada durante el ritual”, detalló un documento del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica de Chile.
Un chamán chileno afirmó a la prensa europea que “el kambó es una medicina, no un remedio. Trabaja en tres campos, el físico, el mental-emocional y el espiritual, y en la alineación del ser para su completa cura”. Sin embargo, la ciencia no ha podido demostrar los beneficios que se le atribuyen, y los expertos, por el contrario, han sostenido que en algunos casos su uso podría ser fatal, como le ocurrió a Alcázar.
El ritual “se inicia consumiendo aproximadamente 3 litros de agua, luego con un pequeño palo encendido se hacen quemaduras superficiales en brazos, tórax y piernas, circulares, menores a 1 cm, las cuales tienen como función facilitar la absorción incrementando la vasodilatación y permeabilidad capilar en la zona quemada, sobre éstas se aplican pequeñas cantidades de toxina, que se prepara adicionando saliva o agua a la secreción seca hasta alcanzar una consistencia pastosa. La quemadura permite aumentar la absorción cutánea de las toxinas”.