La monarquía británica se distingue por su estricto protocolo cuando se trata de la privacidad y discreción en torno a las mujeres embarazadas que forman parte de sus miembros. Sin embargo, Meghan Markle, la esposa del príncipe Harry, puede decir que quebró una de las normas establecidas al respecto.
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Y es que esta no es la única vez, la protagonista de Suits siempre ha demostrado su personalidad única y su determinación para seguir sus propios instintos, incluso en medio de la estricta etiqueta de la realeza británica.
Las prohibiciones de la realeza ante las mujeres embarazadas de la familia
De acuerdo con Vanidades, entre las normas de la realeza ante las mujeres embarazadas destaca que este debe ser manejado con total cautela, manteniendo la imagen impecable físicamente y compartiendo información solo con el monarca en turno.
Dentro de las rigurosas reglas de la realeza también se encuentra la prohibición de realizar baby showers, considerando innecesario debido a que los miembros de la realeza siempre cuentan con los medios económicos para cubrir los gastos del bebé y porque tradicionalmente no se revela el sexo del bebé real antes de su nacimiento.
No obstante, Meghan Markle desafió estas normas al organizar un lujoso baby shower en febrero de 2019 en el exclusivo hotel The Mark en Nueva York.
Según filtraciones, esta celebración se destacó por su elegancia y glamour, contando con la presencia de destacadas personalidades como Amal Clooney, Gayle King, Daniel Martin y Abigail Spencer. Este evento organizado por sus amigos estadounidenses rompió completamente con el protocolo real, ya que es una costumbre netamente norteamericana y la monarquía británica tradicionalmente no participa en este tipo de festejos.
Además de la presencia de celebridades contó con otros lujos como una máquina de algodón de azúcar y los servicios de un renombrado chef, aunado a actividades como decorar ramos de flores. Nadie de la familia real habría asistido.