La princesa Leonor heredó la belleza natural de su madre, la de Letizia previa a las cirugías estéticas, y los rasgos nórdicos de la monarquía Borbón. La heredera al trono español es, peculiarmente, la nieta de Juan Carlos más fotogénica, simétrico y de belleza sin igual. Es una persona guapa.
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Leonor luce una nueva mandíbula: su notorio cambio físico
A los rasgos de belleza clásicos, rubia, ojos azules, alta, elegante y esbelta, se suman sus movimientos suaves y una evidente buena educación. Todo hace que de todos los nietos del rey emérito si uno tiene un aspecto de realeza, es precisamente la que tiene que heredar el trono. Su paso por el Ejército logró formar su carácter, pero también su físico. El cambio entre la Leonor que volvió de Gales hace más de un año, y la actual, en la Marina, es sorprendente.
No solamente la dieta, el ejercicio físico o la rutina marcial ayudó a este gran cambio físico. Es que Leonor ya es una mujer que está a punto de cumplir 19 años de edad el próximo mes. Existe un rasgo facial que fue analizado por expertos: la nueva mandíbula de la princesa de Asturias, de acuerdo a lo reseñado en el portal El Nacional.
Expertos analizan el sorprendente cambio de la princesa Leonor
Su cara más marcada denota muchas características de la princesa que la revista Semana destacó en conversación con especialistas en comunicación no verbal y en protocolo.
“Da apariencia de más seguridad, con movimientos más contenidos, camina más derecha y más contenida en los gestos. Nada más verla parece que estás viendo marchar a una militar, la mano castrense es evidente. Con las manos se ha agrandado, hace gestos más abiertos en los que ocupa más espacio, eso habla de una mayor seguridad a la hora de gesticular. Y se aprecian importantes cambios en su mandíbula, que es la parte del rostro conexionada directamente con el tronco encefálico, es la parte del cerebro de nos ayuda a la sobrevivir y nos dota de la resistencia necesaria para ello, proporcionándonos seguridad y fuerza tanto mental como física”.
En las imágenes se puede ver otro cambio muy evidente: se le cerró la nariz. “La madurez de la nariz indica que, en cierto modo, Leonor ha aprendido a protegerse en el último año. Se aprecia cierta contención en la recogida de información emocional, la nariz más cerrada y átona, actúa como resguardo emocional”.
Además, su sonrisa también tuvo cambios a lo largo de los años. Una especialista en odontología ayudó a la princesa Leonor porque sufría un problema genético que impedía que le crecieran todas las piezas dentales.