El género de terror ha encontrado un lugar destacado en la plataforma de streaming Netflix, capturando la atención de los espectadores de todo el mundo con sus narrativas intrigantes y aterradoras. Estas producciones han demostrado atraer a una audiencia diversa, gracias a su capacidad para provocar emociones intensas y ofrecer una experiencia cinematográfica visceral.
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En particular, las producciones internacionales han desempeñado un papel crucial en la estrategia de Netflix, destacándose especialmente las películas de horror indonesias, que han logrado captar la atención del público por sus tramas oscuras y su conexión con mitos y leyendas locales.
Sin importar el idioma, éstas se han posicionado como favoritas entre los espectadores de Netflix, en gran parte debido a su habilidad para mezclar el folclore local con elementos de terror moderno, además de que no sólo ofrecen sustos y momentos de tensión, sino que también exploran temas profundos como la espiritualidad, la superstición y las tradiciones antiguas. Este enfoque permite a las producciones indonesias destacarse en un mercado saturado de terror convencional, ofreciendo una perspectiva fresca y auténtica que resuena tanto a nivel local como internacional.
Es así como esta semana, la cinta Dancing Village: The Curse Begins se ha posicionado en el TOP 10, obteniendo calificaciones altas por parte de la crítica.
¿De qué trata ‘Dancing Village: The Curse Begins’ en Netflix?
La película “Badarawuhi di Desa Penari” (cuya traducción es Dancing Village: The Curse Begins) se puede encontrar actualmente en la lista de las más vistas de la semana y actúa como una precuela del éxito de terror indonesio “KKN di Desa Penari” (KKN in Dancer’s Village). La premisa es simple pero aterradora por su naturaleza sobrenatural: estar a merced de los dioses, un conflicto tan viejo como el tiempo mismo.
La trama gira en torno a la relación tensa entre la humanidad y las deidades, sugiriendo que ignorar a los dioses y privarlos de sus rituales depravados conlleva graves consecuencias.
“Dancing Village: The Curse Begins” se sitúa inicialmente en 1955, donde un grupo de mujeres participa en un ritual de danza en un estado de trance. Una a una, caen al suelo hasta que la última queda de pie, seleccionada por la enigmática Badarawuhi (interpretada por Aulia Sarah). Sin embargo, la anciana del pueblo, Putri (Pipien Putri), utiliza esta oportunidad para que su hija, Inggri (Princeza Leticia), se lleve la pulsera del ente, obteniendo una tregua temporal del extraño ritual. Este incidente sienta las bases para el conflicto futuro de nuestra protagonista, Mila (Maudy Effrosina), quien, en 1980, debe devolver la pulsera al pueblo para curar a su madre de una misteriosa enfermedad.
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La película combina elementos del horror clásico con una narrativa rica en folclore, lo que crea una atmósfera única que mantiene a los espectadores enganchados. Desde el momento en que Mila y su grupo llegan al pueblo, la línea entre la realidad y lo sobrenatural se vuelve extremadamente delgada, y la atención de Badarawuhi hacia Mila se convierte en un eje central de la historia. A través de una mezcla de efectos prácticos y decisiones de edición hábiles, el director Kimo Stamboel logra crear una sensación de inmersión y terror que resulta en una experiencia visual impactante.
A pesar de sus méritos, la cinta no está exenta de críticas y es que algunos consideran que tiene un comienzo lento por lo que tarda en alcanzar un momento clave de la trama. Esta lentitud puede ser percibida como un obstáculo para algunos espectadores, aunque el uso de juegos mentales, espíritus y enfermedades misteriosas establece una sensación de tensión y anticipación que compensa el ritmo pausado en sus primeros actos.
