Ángela Aguilar y Christian Nodal han estado en el ojo público desde hace varias semanas y con la reciente confirmación de su relación, han resurgido varias historias que han puesto a todos a discutir. Todo comenzó cuando el intérprete de “Botella tras botella” dio a conocer que había terminado su relación con Cazzu, lo que desató los rumores de que había “algo más que amistad” con la hija de Pepe Aguilar.
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Si bien ninguno salía a confirmar o desmentir nada, las señales eran cada vez más claras como un viaje a Roma y el que Ángela portara una crucifijo, aparentemente de Nodal. Fue finalmente a través de una publicación en la revista ¡Hola! que ambos le gritaron al mundo su amor.
“No es una nueva relación, es la continuación de una historia que la vida nos hizo pausar para poder crecer y extrañar. Porque cuando nos dejamos ir, al regresar fuimos más nuestros”, compartió Ángela. Por su parte, Nodal expresó: “Ahora me encuentro viviendo una experiencia preciosa con una mujer que amo, con un amor que tardó tantos años para que se diera lo que está pasando y lo estamos disfrutando, estamos viviendo la experiencia”.
Mientras que en redes sociales la opinión ha estado dividida entre quienes aplauden el romance y quienes los señalan de “traicioneros” por lo que le hicieron a Cazzu para poder consolidar su amor, otros recuerdan una historia parecida, la de Flor Silvestre y Antonio Aguilar, abuelos de Ángela.
¿La historia de amor de Flor Silverstre y Antonio Aguilar nació en medio de traiciones?
Flor Silvestre y Antonio Aguilar son recordados no sólo por su talento en la música mexicana, sino también por una historia de amor que comenzó en medio de controversias y situaciones complicadas. Ambos eran reconocidos artistas en su época, él como ícono del cine y la música ranchera, y ella como una cantante de voz inigualable y belleza cautivadora.
Según las historias que se cuentan, cuando el amor surgió, ambos estaban comprometidos con otras personas. Flor Silvestre estaba casada con Paco Malgesto, con quien tuvo a sus hijos Marcela y Francisco. Sin embargo, la relación se deterioró cuando surgieron rumores de una infidelidad entre Malgesto y la hermana de Flor, ‘La Prieta Linda’, versión que la propia cantante desmintió en diversas ocasiones. Por otro lado, Antonio Aguilar estaba en una relación con Otilia Larrañaga, con quien se dice tuvo un hijo que falleció al nacer.
Flor y Antonio se conocieron en el programa de radio Increíble pero cierto que conducía Flor en 1950. Lo que inicio como una buena amistad se fortaleció con los años, pues en 1955 se encontraron de nuevo para iniciar con la grabación de la película La Huella del Chacal pero el amor nacería hasta dos años después en el set de El Rayo de Sinaloa.
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“Entonces descubrí en ella su sentimiento, su sentir, su limpieza, su hermosura por dentro y por fuera, su manera de pensar, su sentimentalismo, su delicadeza, su femineidad y no tuve más remedio que enamorarme de ella”, expresó el actor en aquel entoces.
La relación extramatrimonial entre Antonio Aguilar y Flor Silvestre no solo causó controversia en el ámbito personal, sino también en el ámbito profesional y público. Ambos eran figuras públicas muy queridas y respetadas, y la revelación de su romance generó opiniones encontradas entre sus seguidores y el público en general.
A pesar de las críticas y los obstáculos, el amor entre Flor Silvestre y Antonio Aguilar prevaleció. Decidieron terminar sus respectivas relaciones para seguir juntos y construir una vida familiar.
