Las películas que exploran temas de creencia, esperanza y redención suelen ser subestimadas por muchos pero en un mundo cada vez más acelerado, caótico y lleno de incertidumbre, pueden proporcionar un refugio para quienes buscan consuelo y esperanza. Es así como ‘Ordinary Angels’ (‘Ángeles inesperados’) es todo lo que necesitas para recordar que siempre hay un rayo de luz, aún en la peor adversidad.
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En esta historia, Hilary Swank da vida a Sharon, una co-propietaria de un exitoso salón de belleza en Louisville, Kentucky pero que carga con un peso muy pesado en su alma. Durante el día, se dedica a peinar clientes, mientras que por las noches disfruta de la vida nocturna, perdiéndose por completo en el alcohol. Todo cambia cuando su amiga y socia, angustiada por ella, la lleva a una sesión de Alcohólicos Anónimos pero Sharon, al ser incapaz de aceptar su problema, termina comprando cerveza.
Aunque parezca que esto desatará el caos, se convierte en un momento de “iluminación divina” cuando al llegar a la caja registradora para pagar, ve un titular en el periódico local que hablaba de una niña de cinco años llamada Michelle que recientemente había perdido a su madre debido a una extraña enfermedad y que correría el mismo destino que ella si no conseguían un donante de hígado pronto.
Sharon ve en esto una oportunidad para ayudar y cambiar por lo que decide presentarse en el funeral y acercarse a la familia. Es ahí donde conoce a Ed Schmitt (interpretado por Alan Ritchson), el viudo a cargo de sus hijas Ashley y Michelle y que se encuentra enfrentando una montaña de facturas médicas y la angustiosa búsqueda de un donante para salvar a su pequeña.
La premisa de una niña de apenas cinco años enferma que requiere un transplante de hígado para poder vivir y un padre viudo que aún llora la muerte de su esposa y que está endeudado hasta el cuello, con la angustia de que el tiempo se agota para su hija, es suficiente para saber que esta cinta está hecha para sentir un nudo en la garganta desde el minuto uno.
Por un lado tenemos que Sharon es el alivio cómico dentro de tanto drama pero también la fuerza, la esperanza y el recordatorio de que “la fe mueve montañas” o en este caso, a todo un pueblo que se une para salvar a una pequeña. Y mientras que vemos este espíritu inquebrantable, conforme avanza la historia, ésta debe enfrentarse a sus propios demonios, los cuales son una amenaza constante para sus buenas intenciones.
Por otro lado, Ed, un hombre estoico que reprime sus palabras y emociones por temor a perder el control, es la encarnación del inmenso amor de un padre que daría hasta la vida misma por sus hijas, quienes a pesar de su cortísima edad, son conscientes del sufrimiento que hay en su hogar.
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¿Vale la pena ver la cinta? Sí pero ten a la mano muchos, pero muchos pañuelos desechables porque es seguro que vas a llorar.
En un mundo lleno de desafíos y adversidades, necesitamos historias que nos recuerden la belleza y el poder de la bondad, así como el potencial transformador de la redención y la esperanza. Estas narrativas nos inspiran a creer en lo mejor de nosotros mismos y en la capacidad de construir un futuro más brillante para todos.
¿Es Ordinary Angels una historia real?
Sí, la cinta se basa en la historia verdadera de una peluquera de Kentucky llamada Sharon Stevens Evans que se convirtió en un héroe al ayudar a una niña gravemente enferma a recibir un trasplante de hígado que le salvó la vida.
Tal y como se retrata en la cinta, en el momento en el que se enteró de la difícil situación de la familia, organizó esfuerzos de recaudación de fondos para ayudarlos pero cuando llegó el momento crítico del trasplante para Michelle, una tormenta de nieve sin precedentes cerró las carreteras, lo que llevó a que la comunidad entera se uniera para despejar un espacio de aterrizaje para un helicóptero que llevó a la pequeña hasta el aeropuerto, donde un avión privado la esperaba para llevarla a Omaha, Nebraska para ser intervenida.