Netflix ha apostado fuerte por miniseries documentales basadas en casos de crímenes reales y su más reciente producción ya está acaparando la atención, según la lista de títulos más populares en la plataforma.
Can I Tell You a Secret, es la más reciente adición al catálogo y ofrece una mirada inquietante a los crímenes perpetrados por Matthew Hardy, un hombre que se dedicó a acosar mujeres en línea durante más de una década.
Con una estructura de dos partes, la serie presenta entrevistas personales con algunas de las víctimas de Hardy, brindando una perspectiva íntima de los impactos devastadores de sus acciones. Además, se complementa con dramatizaciones detalladas y angustiantes que recrean fielmente los momentos cruciales de los crímenes, proporcionando una visión vívida y conmovedora de los eventos.
Esto es lo que debes saber del caso de Matthew Hardy
En 2022, The Guardian publicó una investigación sobre uno de los más escandalosos casos de ciberacoso del Reino Unido, el cual además fue tratado con gran torpeza por parte de las autoridades. Durante más de una década, Matthew Hardy había acosado a mujeres, hasta que finalmente fue procesado y sentenciado a nueve años de prisión en enero de 2022, marcando la pena privativa de libertad más prolongada en la historia británica por acoso en línea.
El título de esta serie refleja las palabras que Hardy solía utilizar en su mensaje inicial dirigido a sus víctimas. Pero el mensajero también afirmaría tener información sobre la vida de la mujer, ya sea que la pareja de ésta la engañaba, que una amiga hablaba a sus espaldas o cualquier otro gancho que pudiera provocar una conversación. Si la mujer bloqueaba al mensajero anónimo, aparecía otro. Si la mujer dejaba de responder, recibiría llamadas incesantes de alguien que estaba escuchando el teléfono.
Este acoso podía prolongarse durante años. En ocasiones, el acosador difundía mentiras sobre las víctimas entre sus amigos, familiares y colegas, afirmando que estaban teniendo aventuras amorosas con su jefe o hasta con algún familiar. Además, el acosador accedía a las cuentas de redes sociales de la víctima o creaba perfiles falsos en su nombre, utilizando esta identidad para entablar conversaciones sexualmente explícitas e incluso enviar fotografías íntimas robadas.
Los actos delictivos de Hardy comenzaron en 2006, cuando asistía a la escuela secundaria y Facebook comenzaba a tener una fuerte presencia. Hardy acosaba a sus compañeras de clase y a otras personas de escuelas cercanas. Una de sus primeras víctimas, entrevistada por The Guardian, recordó: “Recibía mensajes de personas al azar que decían que mi novio me estaba engañando y solo”.
En 2011, se declaró culpable de piratear y acosar a una excompañera de clase, lo que resultó en una orden de restricción, una sentencia de prisión suspendida y 250 horas de servicio comunitario. Sin embargo, esto no lo disuadió, ya que volvió a acosar a otra mujer en 2013. Una mujer que fue atacada por Hardy incluso reveló que dormía con una espada samurái al lado de su cama por temor a lo que él pudiera hacerle.
A pesar de las numerosas advertencias policiales a lo largo de los años, Hardy continuó dirigiendo su acoso hacia mujeres con un gran número de seguidores en las redes sociales, un aspecto que se explora en detalle en el documental.
“La larga campaña de acoso de Hardy ha tenido un impacto profundo y duradero en las mujeres a las que atacó”, dijo la productora ejecutiva Nancy Strang. “Espero que sus testimonios arrojen luz sobre la realidad del acoso en línea y cambien la conversación sobre lo que constituye daño en la era digital”.