Netflix sorprende cada semana con las películas que aparecen en el Top 10 Global y es que mientras que algunas tienen un merecido puesto, otras llegan a estar por razones que tienen que ver con la nostalgia y hasta la mera curiosidad de los fanáticos.
Esto último parece ser el caso de Mea Culpa, una película que ha sido añadida recientemente y que a pesar de tener muy malas críticas, está arrasando. Actualmente tiene una calificación del 21% en Rotten Tomatoes.
La cinta de Tyler Perry en Netflix ha generado un gran revuelo en las redes sociales y se ha posicionado en lo más alto de la lista desde su estreno el 23 de febrero. Se trata un thriller erótico protagonizado por Kelly Rowland, quien interpreta a Mea, una abogada defensora atrapada en una red de dilemas personales y profesionales. A su lado está Trevante Rhodes, quien da vida a Zyair, un hombre acusado de un crimen atroz, cuya historia forma el centro de la trama.
Mea Culpa está repleta de giros argumentales, tanto inesperados como predecibles, y culmina con un desenlace que deja a muchos espectadores con incógnitas.
¿Por qué todos están odiando Mea Culpa pero no pueden dejar de verla?
A pesar de sus propias batallas personales, Mea asume la defensa de Zyair en el caso. La situación se complica aún más porque el fiscal encargado es Ray, su cuñado y asistente del fiscal de distrito. Esto genera preocupaciones inmediatas sobre un posible conflicto de intereses, especialmente cuando Mea y Zyair se ven envueltos sentimentalmente, un elemento clave en la trama de la película.
Al percatarse de las implicaciones éticas, Mea se enfrenta a la difícil decisión de si debería abstenerse de tomar el caso. Sin embargo, a pesar de las dudas, sigue adelante y se compromete a representar a Zyair. Su resolución se ve sacudida cuando descubre que él está involucrado con múltiples mujeres y utiliza su arte como un medio de seducción, lo que la hace cuestionar aún más su participación en el caso.
Los críticos aseguran que Mea Culpa de principio plantea una propuesta interesante, un drama que involucra un crímen, giros inesperados y erotismo. Sin embargo, muchos señalan que el problema están en que quiere ser un thriller psicológico que termina siendo una parodia surrealista de la cinta de horror de 2017, Get Out.
Eso sí, quienes ya la han visto advierten que las actuaciones no son destacables, pero tampoco son horribles, aunque los actores secundarios pasan “desapercibidos”. Kelly Rowland hace un trabajo aceptable, mientras que Trevante Rhodes brilla en su papel. En resumen, la película es simplemente decente y ya.