El príncipe Harry y su esposa Meghan Markle sieguen siendo de las personalidades más comentadas, pese a que renunciaron a su títulos como miembros reales, debido a las diferencias y conflictos que mantuvieron con miembros de la monarquía, en especial con el príncipe William y Kate Middleton.
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Si bien los exduques de Sussex han intentado abandonar la vida pública cada tanto aparecen y ahora Meghan apareció en una sesión de preguntas y respuestas tras la proyección especial del cortometraje de Netflix ‘The After’ habló sobre los intereses de su hijo Archie, además, del regalo que pidió para Navidad.
El pequeño de 4 años contó su interés por la fotografía a su corta edad y ha sido el fotógrafo Misan Harriman ha sido una influencia notable en su hijo.
Este es el regalo que pidió el hijo de Harry y Meghan y no le darán
Meghan Markle contó algunas anécdotas de su hijo mayor como han sido las enseñanzas del reconocido fotógrafo, el cual lo ha convertido en todo un amante de este arte, al punto de haber pedido una cámara Leica, similar a la de Misa, la cual le negó rotundamente.
“¡No recibirás una Leica ni siquiera en Navidad!!. Misan le estaba mostrando cómo hacer fotografía la última vez que estuvo con nosotros. Le compré una cámara a Archie y me dijo: ‘pero no es una Leica como Misan”, contó.
El amor por la fotografía parece haberlo heredado de su bisabuela, la reina Isabel II quien solía tener siempre una cámara con ella para capturar lindos paisajes y sus mejores momentos. Incluso, la fallecida monarca tenía una Leica, que usaba especialmente en eventos ecuestres.
Archie no podrá de momento tener su anhelada cámara profesional debido a que son bastante costosas para su edad.
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Por si fuera poco, las cámaras no son dela grado de su padre, quien ha vivido toda su vida con cámaras por los paparazzis que han asechando su vida privada al ser un miembro real.
Para Harry, una cámara significa todo lo contrario que a su hijo, a quien ha decidido mantener alejado de la prensa, pues con el sonido de los clics recuerda cuando su madre, la fallecida princesa Diana, fue perseguida por fotógrafos durante los últimos años de su vida.
“El clic de las cámaras y el flash me hacen hervir la sangre. Me hace enojar. Me recuerda lo que le pasó a mi madre, lo que experimenté cuando era niño”, dijo.