Yuri cambió su vida a los 47 años cuando adoptó a su hija, Camila, para formar una familia junto con su pareja, Rodrigo Espinoza, a quien conoció en el Festival de Viña del mar en 1995.
En junio de 2009 tomaron la determinación de dar un paso adelante y adoptar a la pequeña, que actualmente es una adolescente de 13 años que sabe su origen y eso no le genera ninguna frustración.
Así fue como Yuri le dijo a su hija que era adoptada
“Ya yo estaba muy madurita cuando Camila llegó a mi vida. Tenía 47 años. Sentía que por ser pastores de una iglesia debía ser mamá”, reveló en una entrevista, avisando que lo hizo mediante adopción para evitar las complicaciones que genera quedar embarazada luego de los 40.
“Dios me complementó para el trabajo espiritual que yo tengo”, expresó, pues se encarga de dar consejos a mujeres sobre cómo criar a sus hijos y otros laborales pastorales.
Camila llegó a su vida cuando tenía 7 meses y lo sorprendente es que la cantante afirma que se parece mucho a su pareja, Rodrigo, tanto en su tez, en su forma de caminar y hasta ciertos rasgos faciales, a pesar de que no comparten como tal vínculo sanguíneo.
“Ella sabe. Yo me preparé. Ser mamá adoptiva y famosa... La gente es cruel”, manifestó. Agregó que le reveló el secreto diciéndole que ella no nació de su panza sino que estaba en un castillo, donde Dios lleva a todas las princesas para los adultos que no pueden ser papás.
De hecho, contó una linda anécdota al respecto y es que la pequeña se enorgullece de eso. “En la escuela dijo una vez ‘maestra, yo no nací del vientre de mi mamá. Pero mi mamá es mi mamá y mi papá es mi papá. Son lindos y amo a mis padres’”.
“Los que me tuvieron que Dios los bendiga. Yo no los necesito a ellos, mis papás son ustedes”, es parte de lo que expresa Camila cuando es cuestionada sobre sus padres de nacimiento.
Yuri recomendó ser siempre transparentes y honestos para evitar conflictos familiares con el hijo adoptado. “No estás matando a nadie, estás dándole una familia a una personita que abandonaron. Es una bendición ser mamá de una niña adoptiva. Ha sido la experiencia más hermosa”