En el mundo hay millones de mujeres y parejas que sueñan con tener hijos propios, pero que por diversos motivos se les hace bastante complicado conseguirlo, por lo que recurren a algunas técnicas avanzadas de fertilidad y métodos. Por supuesto, que esto no distingue ni condición social, religión o credo, y así lo vivió en carne propia la cantante estadounidense Hanna, del dueto Ha*Ash.
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En una entrevista que sostuvo recientemente con Yordi Rosado, tanto ella como su hermana Ashley contaron que su lazo como hermanas es inquebrantables, al punto de que han creado una “codependencia sana”, pese a que cuentan con otros dos hermanos. Hanna contó que ingresó al preescolar la maestra les pidió a sus padres que dejaran entrar a Ashley para que socializara con otros niños del salón.
Por su parte, Ashley contó la vez que “traicionó” a su hermana: “Me invitaron a hacer un dueto y la pasé tal mal sin Hanna, que ni me gustó ni lo promoví”, y su pariente dijo: “Hay momentos en donde una hace más que la otra, escribiendo una canción y para mí no pienso: ¡Ah, es algo que es mío, es algo que es nuestro!”.
Hanna, de 38 años, se convirtió en madre en junio del 2020 cuando llegó Matilda sus vidas, pero el camino para llegar hasta aquí no fue nada sencillo, ya que no podía tener hijos: “Me diagnosticaron una enfermedad autoinmunológica. Estuvimos dos años haciendo tratamientos y un mes antes (de embarazarse), literal, Ashley me iba a regalar un óvulo. (...) “En agosto me dijeron: mira no te puedes embarazar, vamos a buscar otras opciones y Ashley hizo todo y me dijo: ‘Yo te voy a regalar un óvulo”.
“Yo lo iba a hacer porque tú no produces óvulos, yo sí. Somos como una misma, pero Dios sabe lo que hace. (...) Para algunos puede resultar enfermizo. Yo me fui a checar, y era cero egoísta de mi parte”, conto Ash.
El milagro se le cumplió a Hanna Nicole: “Para septiembre los médicos me dijeron: ‘Recomendamos que hagan un último intento para que, emocionalmente, cierren ese capítulo. (...) Yo había dicho que no, pero un día estaba rezando y sentí como que no podía perder nada al hacer un último intento, y ahí me embaracé”.
Manifestó que “los doctores me decían ‘No celebres’, pero decidí celebrarlo (pues me repetía) así el embarazo me dure un día o seis meses porque me pude embarazar y hoy soy mamá”. Ahora ambas hermanas reconocen que haber recibido el grandioso regalo hubiera interferido en su relación.
Ashley adora a su sobrina como una hija propia, porque ha estado presente desde el día nació y forma parte de su vida. Ellas han demostrado que el amor de hermanas es infinito e incondicional.