Para nadie es un secreto que el príncipe Harry le ha dado fuertes dolores de cabeza a la familia real británica desde su adolescencia cuando participaba frenéticamente en fiestas y se exponía al consumo de drogas y alcohol. El duque de Sussex llegó a protagonizar distintos titulares por sus peleas o borracheras en distintos locales nocturnos.
Lo que pocos conocen es que tuvo un tumultuoso paso por Latinoamérica, específicamente en Argentina, donde le dio un arduo trabajo a sus escoltas e incluso a las autoridades policiales. A sus 20 años sorprendió con su llegada al país donde si bien tuvo días como todo un turista al hacer algunas compras y visitas a restaurantes, eran las noches las que se convertían en el verdadero problema.
“El príncipe Harry se encuentra en una visita estrictamente privada, como parte del año que se ha tomado libre antes de ingresar en la Academia Real Militar de Sandhurst. Lo único que podemos decir es que trabajará en una granja de polo, donde sumará experiencia en el manejo de caballos, algo que le fascina, como buen jinete y aficionado” reveló en ese entonces, Clarence House, la vocera de la oficina del príncipe de Gañes, a La Nación EN 2004.
El presunto robo de una moto del príncipe Harry en Argentina
Según han relatado algunos medios argentinos, Harry solía visitar locales nocturnos donde perdía el control al emborracharse. Como “el chico de gorra” se referían al nieto de la reina Isabel II quienes notaban su presencia en los bares.
“Acá siempre fue un ambiente megapolero y por una conexión nos habíamos enterado de que estaba Harry. En esa época sabías donde se ubicaba cada grupo en el boliche, en la primera o segunda barra. Se llena más de gente y vemos en el grupo de poleros uno con gorra y buzo, nadie salía vestido así acá. Estaba como bien blanco y era el mismísimo Harry. En un momento se sube al bafle y nos pusimos todos a bailar debajo de él”, dijo Catalina, una joven que compartió con el príncipe en el local Lobos, La Porteña.
En medio de las constantes visitas de Harry a los locales nocturnos, durante la segunda semana los escoltas se negó a llevarlo nuevamente, lo que habría generado que se robara una moto para poder escaparse, obligando de tal manera a cuatro agentes de Scotland Yard a perseguirlo por los caminos de tierra que conducían a Lobos.
“Un día me llama el jefe departamental de la zona y me dice ‘no lo podemos controlar’...Se le escapaba a la custodia, se metía en bares, estaba bastante descontrolado”, contó a LA NACION el abogado Martín Arias Duval, por entonces subsecretario del Ministerio de Seguridad de la provincia, a cargo de León Arslanian.
Fue su comportamiento el que llevó a que pidieran el regreso de Harry a Inglaterra al no poderlo controlar.
“Tuve que llamar a la Embajada Británica y decirle a un funcionario ‘llévenselo o cálmenlo porque no podemos garantizar su seguridad’”, agregó.
Pese al escándalo que habría generado en Argentina, desde el Palacio de Buckingham negaron las versiones.
“Las alegaciones sobre el príncipe Harry son totalmente falsas. Pasó gran parte del tiempo en el rancho e hizo algunos viajes a pueblos de la zona para realizar algunas compras”, señalaron los voceros.