Karla Souza sufrió hace 4 años constantes ataques tras revelación de violencia de género

María Renée Prudencio, Mónica Lozano, Karla Souza y Catalina Aguilar Mastretta, revelar momentos difíciles en el panel “Nosotras en el cine", del FICG.

El Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), vivió su segundo día con gran intensidad y con algunos protagonistas que dejaron en claro que buscan una transformación en la manera de contar historias en la pantalla grande.

Cuatro mujeres actrices y cineastas decidieron hacer una reflexión sobre su trabajo dentro del panel Nosotras en el cine: Karla Souza, Mónica Lozano, María Renée Prudencio y Catalina Aguilar Mastretta, quienes profundizaron en los retos, propuestas y logros en una industria que todavía estigmatiza el trabajo de las féminas.

Para la actriz y productora mexicana Karla Souza, quién saltó a la fama tras interpretar a Bárbara Noble en la película Nosotros los Nobles y La caída, el mundo está diseñado por y para hombres, lo mismo pasa con la industria fílmica.

“Esta visión nos afecta en la vida cotidiana: en los productos, la forma y el tamaño de las cosas. No se piensa en la mujer, en los espacios o cuidados necesarios por ser mujer o madres, porque no entra en la cabeza del sistema la experiencia y humanidad de esa experiencia”, declaró la actriz.

Añadió sobre la importancia de la cuestión de géneros y cómo enfrentar los momentos difíciles.

“Llevo 10 años con la temática de violencia de género, porque es algo que viví, donde una de cada tres mujeres sufren de violencia en México. Hay muchas historias y formas de contarlas. También necesitamos a los hombres para contar esas historias contundentes para debatir y cambiar legislaciones. Para mí, hablar de haber sido víctima de abuso sexual en mi carrera, generó cuatro años de recibir ataques digitales, físicos, perder amigos, ser cancelado y perder todas las marcas, porque nadie quería ensuciarse con ese tema. Cuando salió La caída, que se trataba del mismo tema que se me quiso callar, fue un respiro el ver las buenas críticas, ahí yo me sentí otras vez invitada a mi propio país”, señaló Souza.

Mónica Lozano, productora d Amores perros, con 25 años en la industria dijo, “quería ser diferente a mi mamá, y más como mi papá. Yo dije, no quiero ser ama de casa y entré en este medio de comunicación, educación y transformación, con muchas posibilidades para las mujeres. La cuestión es saber cómo nos integramos las mujeres en temas, equipos, trayectorias o conocimientos para proponer equipos sin tener que ver con su género”, detalló.

María Renée Prudencio, quien escribió el guion de Quemar las naves e interpretó papeles en Jonás y la ballena rosada, y Club sándwich, coincidió con Mónica Lozano y deseó que se convierta en un mantra político para la apertura de voces y guionistas diferentes. Además, cuestionó la vigencia de las estructuras de poder y los mandatos de la industria de la televisión y el cine.

“Nuestra industria no es inocente: en ella circulan mandatos de género, de clase, sobre a quién puedes amar, quién tiene derecho al espacio público de acuerdo con el color de la piel. Dejé de ser actriz, en el momento en que me di cuenta que mis personajes tenían que lidiar en todas las escenas con violencia física y emocional, ‘ahí dije, ya no puedo más’”.

La guionista y cineasta Catalina Aguilar Mastretta, que hizo Cindy la regia, propuso volver la mirada hacia las mujeres frente a la desventaja que tienen ellas frente al dominio del mundo que pretenden los hombres.

“De repente me desespera hablar de ese tema de nosotras, porque volvemos a lo temas de mujeres de nicho; al final las historias no son de hombres o mujeres, sino de seres humanos. Porque nosotras podemos crear impacto, empatía y vivir en el cine y la televisión, que permite que la gente que no tienen nada que ver conmigo se identifique”, explicó.

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