Es bien conocido que Selena Gomez tiene varios problemas de salud que la han hecho oscilar de peso a lo largo de los años, algo que ha presumido con mucho orgullo en todas sus facetas, hasta cuando va a la playa en bikini.
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La artista sabe que no tiene que avergonzarse de eso, ni mucho menos ocultar su figura por tener determinada talla. La belleza es heterogénea, no sabe de números, radica principalmente en nuestro interior y en el amor propio.
Por eso, en todas sus facetas se ha sentido bien consigo misma, aunque el mundo intente decirle lo contrario con sus críticas. Aunque es humana y estos malos comentarios en ocasiones le han afectado, es ejemplo e inspiración de querernos tal como somos y no arraigar nuestro valor específicamente a la apariencia física.
Así, Selena Gomez ha presumido su belleza en distintos tipos de bikinis a lo largo del tiempo, dejándonos ver que es normal y está bien tener pancita, celulitis, flacidez, estrías, entre otros detalles corporales.
Pese a que la sociedad se ha encargado de vender estos aspectos como “imperfecciones”, en realidad son parte natural del cuerpo de todas las mujeres, por lo que conciliarnos con ellos es el mejor camino hacia la autoaceptación.
“A diario escucho que no soy lo bastante sexy o cool… No creo que haya una sola definición de belleza. Creo que todo lo que nos hace únicos es lo que nos hace bellos”, ha dicho en más de una ocasión.
“Honestamente, no me importa mi peso porque la gente siempre se queja de todos modos: ‘Que eres demasiado pequeña’, ‘Eres demasiado grande’, ‘Que eso no te queda…’. ¡Bla, bla bla! Yo soy perfecta como soy”, expresó la propia Selena Gomez, robándose todos nuestros aplausos.