El 22 de febrero, Drew Barrymore cumplió 48 años y es una de las actrices más queridas de Hollywood, ha demostrado que más que un ícono, es un símbolo de resiliencia y madurez, quien bajo sus propios medios aprendió a salir adelante, a pesar de las adversidades que durante su infancia vivió.
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La actriz de E.T quien se convirtiera en una de las más queridas desde su infancia, pasó momentos oscuros que si hoy nos detenemos a pensar un segundo en todo lo que vivió, termina volviéndose un ejemplo de lucha, pues a pesar de haber crecido en una familia de talentosos actores, desde que fue niña tuvo que ver de primera mano, cómo cada uno luchaba con las adicciones.
El carisma de Drew Barrymore muestra que a pesar de las dificultades, se puede salir adelante, sin importar las dificultades que la vida te pueda presentar y hoy, la actriz brilla más que nunca, porque ella fue su propio impulso y el carácter y decisión que tuvo para cambiar su rumbo, son dignos de admirar.
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Infancia en bares y adicciones a los 9 años
Drew Barrymore, nacida el 22 de febrero de 1975, creció bajo el seno de importantes íconos de la actuación en Hollywood, por lo que, mucho de su talento, pudo ser, en gran parte, heredado por ellos, donde su tío abuelo, Lionel Barrymore ya había sido acreedor al premio Óscar en 1931, aun así, esto no alejó a su familia de las adicciones, tanto que su abuelo murió de cirrosis y su padre John Drew Barrymore, sucumbió ante el alcohol como su padre.
En una entrevista, la propia actriz contó lo difícil que fue ver a su padre elegir este mundo de excesos, en lugar de quedarse con ella y tener esa figura paterna que no pudo ver cuando era pequeña.
Mientras veía cómo su padre sucumbía al alcohol y mostraba actitudes violentas, su madre se hizo cargo de ella, pero con tan solo 9 años, su propia familia consentía el hecho de llevarla, aun cuando era niña, a uno de los bares más populares entre las estrellas de Hollywood llamado Studio 54, mientras tanto, ningún adulto veía de forma incorrecta el tener a Drew Barrymore en un ambiente lleno de adultos.
A los mismos 9 años, cuando aún era una niña, comenzó a beber cerveza y fumar. Dos años más tarde, sería ella quien también comenzaría a volverse adicta al alcohol y otras sustancias como la cocaína y la marihuana, así lo contó en su libro Little Girl Lost de 1990.
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A los 12 años, su madre, Jaid Barrymore, una migrante de origen húngaro, quien habría sido la mujer que dio este primer acercamiento a su hija con estas sustancias, llevó a su hija a rehabilitación, misma que calificó la actriz como un entrenamiento militar. Cuando tenía 13 años fue hospitalizada por intentar suicidarse y a los 14 fue su punto de inflexión, el momento decisivo en el que optó por emanciparse de su madre.
Este cambio no se dio de un momento a otro, pero la decisión estaba tomada. Aún así, Barrymore continuó teniendo un comportamiento errático cuando fue joven, y cuando tuvo 20 años apareció en la revista Playboy de 1995, tan solo unos meses después de que su mamá apareciera en la misma revista.
Fue novia de Justin Long en un periodo de 2007 a 2008 y antes de ello, se casó un total de tres veces en relaciones que duraron apenas unos cuantos meses, el primero fue Jeremy Thomas con quien se casó durante una fiesta, el segundo fue Tom Green y el último con quien tuvo a sus dos hijos Olive y Frankie, David Kopelman.
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Drew Barrymore un ejemplo de superación
Tras asentarse y darle un giro a su vida, Drew Barrymore mostró que de las adversidades se puede salir adelante siempre y cuando así lo queramos, no solo comenzó a interpretar papeles alejados de los desnudos y escenas eróticas, sino que se convirtió en una mujer ejemplo que vivió su carrera bajo sus propios términos.
Fundó dos empresas, una de belleza llamada Flowers y la segunda Beautiful enfocada a productos de cocina. En 2015 se convirtió en embajadora de la ONU contra el hambre, uniéndose a la lista de actrices solidarias por causas sociales.
A pesar de su tortuosa infancia, no guarda rencores, y ha comentado que perdonó a su mamá por haberla adentrado a un mundo de excesos, quien además, como ella declarara, nunca estuvo para darle un beso de buenas noches. Pero también ha dicho que de no haber sido por ella, su carrera no hubiera llegado a lo que es hoy.