Nadia Ferreira está en boca de todos tras confirmar su embarazo junto a Marc Anthony a solo unos días de su boda y aunque son muchos los mensajes de felicidades que han recibido, los haters no han tardado en tratar de opacar su noticia.
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Sin embargo, ellos han decidido ignorar el odio de algunos comentarios y vivir su luna de miel y su nueva faceta de padres, sin temor a las críticas.
Y es que aunque la vida de Nadia parece ser perfecta al tenerlo todo, lo cierto es que durante su infancia enfrentó distintos problemas de salud que la pusieron en riesgo, situación que la hace valorar más su vida e ignorar comentarios ajenos.
Los problemas de salud que casi hacen morir a Nadia Ferreira
A sus 23 años la modelo vive uno de sus momentos más plenos al formar una familia junto a uno de los cantantes más exitosos del mundo y ser una mujer exitosa que se ha dado a conocer por sus propios logros tras ser primera finalista del Miss Universo representando a su país Paraguay.
Sin embargo, su vida ha estado cargada de mucha lucha. Con tan solo ocho meses de vida tuvo que ser operada al nacer con una tortícolis congénita, situación que la llevó a estar sus primeros días de nacida dopada y sin poder sentarse, de no operarse podría perder la vida, por lo que su madre enfrentó un difícil momento.
Años después perdió parcialmente la audición, la vista y la capacidad de movilizarse, lo que la llevó a retirarse de las distintas actividades que realizaba y fue diagnosticada con el síndrome de Susac, trastorno que le afectaba el cerebro y sus sentidos.
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Así estuvo por 18 meses hasta que fue sometida a tratamiento por lo menos tres años hasta recuperar por completo su movilidad y sentidos.
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“Eso me hizo la mujer que soy, una mujer fuerte, que puede contar estas historias de mi vida y saber que van a tener adversidades. Uno siempre puede sobrellevar, pasar y cumplir los sueños que uno como persona tiene”, declaró Ferreira.
La esposa del boricua se considera una mujer de mucha fe, lo que le hace considerar que es un “milagro de la vida”, debido a que Dios le permitió recobrar la salud.