Lionel Messi y Antonela Roccuzzo conforman una de las parejas más estables del espectáculo desde hace muchos años, pues su amor nació cuando eran apenas adolescentes.
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Después de separarse por un tiempo cuando él se mudó a España por su carrera deportiva, la vida los volvió a topar y a los 21 años decidieron vivir juntos en Europa.
De ahí en adelante todo ha sido historia, conformando una sólida familia que ya tiene tres hijos: Mateo, Ciro y Thiago, de 10, 7 y 4 años, respectivamente, la cual despierta mucha admiración. En parte, también, por convertirse en símbolo de lucha, perseverancia, compromiso y lealtad.
Diferente a lo que han hecho muchos hombres cuando alcanzan una posición de poder, fama y dinero, Messi permaneció al lado de la mujer que lo amó sin importar sus orígenes humildes y que fue creciendo a su lado.
La que lo apoyó cuando el mundo no lo conocía, cuando tuvo que afrontar sus etapas más difíciles y quien lo valora por lo que es, no por lo que tiene.
Esto tiene mérito, ya que no hay muchas personas que estén dispuestas a entregarnos su cariño, tiempo, esfuerzo y hasta dinero en esas circunstancias, y precisamente ahí es donde se ponen a prueba los vínculos que valen la pena para perdurar en el tiempo.
Miles han renunciado a ese amor incondicional cuando empiezan a aparecer las tentaciones reflejadas en personas interesadas, mujeres más seductoras o que poseen el mismo nivel de popularidad, dejando de lado todo el camino construido y los sacrificios hechos por el otro.
Mantenerse fieles y sobre todo, seguir cultivando el amor verdadero, es la mejor manera de agradecerle al otro por habernos acompañado en el proceso, porque sin duda, nuestros cercanos también influyen directamente en quienes nos convertimos.
Por eso, hoy Messi es Messi también en parte por el amor de Antonela, por el cual él sigue apostando día a día.