Guillermo del Toro transformó la clásica historia del títere de madera que quiere convertirse en niño de verdad en una obra maestra llena de gran profundidad.
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Se trata de una reimaginación llena de corazón con la que el cineasta mexicano ha dejado grandes lecciones sobre ver la belleza de las imperfecciones, así como de la vida y la muerte.
Su versión de la historia oscila constantemente entre la alegría y la tristeza, de luz y oscuridad, todo con el fin de encapsular la verdadera esencia de la pureza infantil en un mundo plagado de violencia, amargura y muerte.
Del Toro agregó algunas canciones para liberar la tensión en ciertas escenas. De la mano del compositor Alexandre Desplat, logró conmover a todos a través de números musicales como “Ciao Papa”.
Desplat dijo en una entrevista para NPR que se había inspirado en Mozart para sus composiciones. “Lo llamaría melancolía feliz o melancolía alegre...Es por eso que amo a Mozart. Porque Mozart tiene esta cualidad bidimensional o multidimensional. Nunca es feliz o triste. Es solo ambas cosas. Y cuando pienso que la música es buena, tiene ambas cualidades”.
Y sobre la cinta expresó: “Es una historia muy, muy profunda y el contexto en el que se desarrolla la película es... realmente fascismo...Hay que tomarse eso en serio, pero sin ser pesado”.
Uno de los momentos clave en la historia está precisamente en una de las canciones, cuando el grillo Sebastian J. Grillo puede deleitar a todos con su voz.
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Los lados más oscuros de la historia se equilibran con un toque de humor y conmovedores recordatorios de que “la vida es un regalo tan maravilloso”.
Esa línea la pronuncia el compañero de Pinocho, Sebastian J. Grillo (con la voz de Ewan McGregor en inglés y Óscar Flores para Latinoamérica), que vive en el “corazón” del niño de madera.
A lo largo de la cinta, el grillo intenta cantar su canción pero siempre es interrumpido por algo catastrófico. Es hasta el final de la historia, cuando este muere y está en el otro mundo que concreta su sueño a medida que avanzan los créditos.
Sebastian pronunció las frases más poderosas a lo largo de la cinta y en su canción habla sobre cómo las cosas más sencillas importan, el dejar de quejarno y pensar bien porque “la vida da muchas vueltas”.
Y es que no hay que olvidar que este personaje también es quien constantemente nos recuerda que hay que ser siempre la mejor versión de nosotros.