Una publicación en Instagram de la exintegrante del famoso grupo español, “La Oreja de Van Gogh”, Amaia Montero, preocupó a sus fans porque aparecía completamente demacrada, sin maquillaje y sin peinar, con ojeras y un rostro cansado.
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El mensaje escrito por la cantante, llamó poderosamente la atención y dejaba entrever el delicado momento que atravesaba: “Si la esperanza es lo último que muere y todavía no la he perdido, de qué me sirve la vida”.
Desde el 14 de octubre mucho se especuló sobre la publicación y la salud de la artista. En un principio se pensó que era el marketing de su nuevo álbum, luego se habló de una severa depresión y hasta del consumo de estupefacientes.
Momentos difíciles
Lo cierto es que, desde ese momento hasta hoy, los medios españoles sólo lograron algunas declaraciones de la hermana de Amaia, Idoia Montero, quien aseguró que la artista pasaba un “momento difícil” y que “sólo le corresponde a ella decir algo, si es que tiene o quiere decir algo. No deja de ser su vida privada”.
Días después, la ex vocalista de La Oreja de Van Gogh ingresaba en una clínica de Navarra, España donde ha permanecido casi dos meses.
Al mes de estar allí, el diario El Español contacto a un vocero de la familia, quien aseguró al medio que la intérprete de éxitos como Rosas y 20 de Enero “ya está un poco mejor”.
Los enemigos, el estrés y la ansiedad
Pese al hermetismo de la familia de Amaia, la revista Hola logró conocer el verdadero motivo de su ingreso a la clínica: un cuadro de estrés y ansiedad debido a los preparativos de su nuevo proyecto discográfico, que tenía previsto publicar a comienzos de 2023.
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Aseguran que los médicos que tratan a Amaia, le recomiendan tranquilidad absoluta, reposo, silencio y desconexión.
Aseguran algunos de los amigos más cercanos que la muerte de su padre, a los cincuenta y ocho años de edad, después de luchar contra un cáncer, supuso un durísimo golpe para la cantante, que, al parecer, sigue sin superar.