Tras su estreno en Netflix, El ángel de la muerte ha atrapado al público con una historia inspirada en hechos reales y las actuaciones de los oscarizados Jessica Chastain y Eddie Redmayne.
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El thriller sigue a Amy Loughren, una enfermera con problemas de salud mientras coopera con la policía para atrapar a su amigo y colega, Charles Cullen, quien es sospechoso de matar pacientes.
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La producción está basada en The Good Nurse: A True Story of Medicine, Madness and Murder, un libro sobre el asesino en serie escrito por el periodista Charles Graeber y publicado en 2013.
Al igual que el largometraje, la obra escrita se centra más en la valentía heroica de Loughren para detener a Cullen en lugar del criminal, sus asesinatos en Estados Unidos y sus motivos para matar.
El retorcido caso conmocionó a la sociedad cuando el enfermero fue atrapado y arrestado en 2003. Tras ser detenido, confesó a los detectives de homicidios haber asesinado a unas 40 personas.
No obstante, se cree que el número de víctimas asciende a unas 400 a lo largo de sus 16 años de carrera como enfermero, lo cual lo convierte en el peor asesino en serie en la historia.
La historia real detrás de El ángel de la muerte, la nueva película de Netflix
Charles Cullen llegó al mundo el 22 de febrero de 1960 en West Orange, Nueva Jersey, como el menor de los ochos hijos del matrimonio entre Florence y Edmond Cullen.
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A los 18 años, Cullen era huérfano. Su papá murió cuando tenía 7 meses. Mientras, su madre falleció en un accidente automovilístico cuando cursaba el último año de la escuela secundaria.
Tras la muerte de su mamá, se enlistó en la Marina, pero su carrera militar se vio frustrada. Luego del continuo acoso de sus compañeros, intentó matarse, algo que ya había intentado antes.
A causa de esto, fue dado de alta médica en 1984. Tras terminar sus días como marine, Cullen se inscribió en la Escuela de Enfermería del Hospital Mountainside, de donde se graduó en 1987.
Después de convertirse en enfermero, encontró su primer trabajo en el Centro Médico St. Barnabas en Livingston, Nueva Jersey, lugar en donde comenzaría a perpetrar sus asesinatos encubiertos.
Su modus operandi consistía en administrar dosis letales de medicamentos a pacientes a través de bolsas de líquido intravenoso, principalmente digoxina, insulina y lidocaína.
Los comienzos criminales de Charles Cullen
Su primera víctima fue el juez John W. Yengo Sr. en St. Barnabas en 1989. El enfermero le inyectó una dosis de lidocaína que provocó que su corazón parara, de acuerdo a The Philadelphia Inquirer.
Cullen trabajó durante cuatro años en este centro antes de ser despedido en 1992. Jeanne T. Hackett, una de sus compañeras en este centro, lo recordó como callado y reservado.
También como impersonal con los pacientes. “Era como si estuviera haciendo los movimientos, palmeando a alguien en la mano y diciéndole que estaría bien”, dijo al New York Times.
Después de su despido mientras se invesigaban una bolsas intravenosas contaminadas, empezó a desempeñarse en el Hospital Warren en Phillipsburg, Nueva Jersey, en donde asesinó sin reparos.
En este nosocomio, trabajaba en las unidades cardíaca y de cuidados intensivos, en donde usualmente se atienden a los pacientes gravemente enfermos.
En sus turnos, principalmente los nocturnos, chequeaba a los pacientes ancianos y les inyectaba dosis letales de digoxina, un medicamento empleado para tratar afecciones cardíacas.
Durante su estadía, se divorció de su esposa, irrumpió en la casa de una compañera y se rumoraba que había asesinado a tres pacientes, pero no se comenzó una investigación. También presentaba depresión.
¿Cómo Charles Cullen logró salirse con la suya durante tantos años?
En su carrera como enfermero, trabajó en nueve hospitales y un asilo de ancianos en donde llamó la atención su comportamiento pero no enfrentó consecuencias ni sospechas graves.
El enfermero fue despedido de cinco centros y renunció a dos por varias razones, como mal desempeño. Según varios medios, Cullen logró salirse con la suya por mucho debido a varios motivos.
En primer lugar, la ausencia de rendición de cuentas de parte de las administraciones de los lugares de donde trabajó. En segundo, el indulgente proceso contratación que había entonces.
El tercero sería que muchas de sus víctimas eran ancianos o estaban muy enfermos. Debido a esto, las muertes no despertaban mucha especulación y casi no eran investigadas.
De acuerdo a The Philadelphia Inquirer, Cullen “siguió encontrando empleo, principalmente porque las reglas de confidencialidad y el miedo a las demandas impedían que los hospitales supieran sobre su historia”.
“Cullen no había sido condenado por un delito ni disciplinado en Nueva Jersey o Pensilvania, por lo que su registro parecía limpio”, agregó el periódico.
¿Cómo detuvieron a Charles Cullen?
En 2002, Cullen consiguió trabajo en Somerset Medical Center. En este hospital, los registros de los pacientes se monitoreaban mediante un sistema computarizado llamado Cerner.
El sistema rastreaba todo, desde la administración de los medicamentos hasta quién revisaba el expediente. Gracias a esto y a su compañera, Amy Loughren, se pudo iniciar una investigación.
En el libro The Good Nurse de Charles Graeber, Loughren contó que se dio cuenta de que su colega había ordenado una cantidad anormal de medicamentos, entre ellos, la digoxina.
Al revisar la base de datos de Cerner, Amy revisó además el historia de navegación de Cullen, la cual lo vinculaba a al menos cuatro casos de errores de medicación en su tiempo en el centro.
Sus movimientos en el sistema demostraron que investigaba a pacientes de otros enfermeros tan solo unas horas antes de que estos sufrieran algún episodio médico.
La maquiavélica mente pudo ser atrapada luego de la muerte del reverendo Florian Gall, quien estaba recluido en Somerset a causa de una neumonía. En junio de 2003, Gall murió de un infarto.
Horas antes de su fallecimiento, Charles Cullen estaba revisando su historia. La necropsia reveló que el paciente tena niveles mortales de digoxina en su sistema.
Tras una investigación interna por el centro clínico y la importante colaboración de Loughren con la policía para recabar evidencia, Cullen fue finalmente atrapado y arrestado por sus atroces crímenes.
¿En dónde está Charles Cullen ahora?
En diciembre de 2003, fue detenido por asesinato e intento de homicidio, según el medio antes citado. En ese momento, confesó que había matado entre 12 y 15 pacientes en Somerset.
También dijo que había asesinado a más de 20 personas en sus años como enfermero. Más adelante, reveló que el número de víctimas era alrededor de 40. Cooperó a cambio de evitar la pena de muerte.
De acuerdo a CNN, Cullen llegó a decir que era una especie de “ángel de la misericordia” que solo quería terminar con el sufrimiento de pacientes, pero no todas sus víctimas estaba terminalmente enfermas.
Asimismo, el juez rechazó esa conceptualización de sus actos. De hecho, afirmó que el tribunal “no aprobaría la caracterización de estos crímenes como actos de compasión humana”.
En 2006, Charles Cullen fue sentenciado a 11 cadenas perpetuas por más de 20 de crímenes sin probabilidad de libertad condicional.
Hoy en día, el llamado “Ángel de la muerte” tiene 62 años y cumple su condena en la prisión estatal de Nueva Jersey en Trenton.