Erika Buenfil ha probado los aplausos por ser una talentosa actriz, pero también la otra cara de la moneda: las críticas y el rechazo por ser madre soltera.
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En especial, cuando se supo su embarazo del hijo del ex presidente, Ernesto Zedillo, puesto que se trató de una relación informal sin miras a llegar al altar. Incluso, el hombre la rechazó al saber del estado de gestación y ella tuvo que hacerse cargo a solas.
Como si esto no hubiese sido lo suficientemente complicado, Erika Buenfil también tuvo que soportar la discriminación de una sociedad que la juzgó de forma muy dura y moralista por ser madre soltera, teniendo que atravesar situaciones indignantes.
Por ejemplo, ser retirada de restaurantes y convertirse centro de muchas burlas, tal como ella misma confesó en una entrevista con Siéntese quien pueda.
“Pues sí, porque había muchos ojos encima de mí, miradas y había ideas y había chismes… la gente se preguntaba y se contestaba… seguramente fui el chisme de muchas mesas y de muchas sobremesas: ‘Ya saben que Erika Buenfil está embarazada’”, expresó la protagonista de Mar de amor.
“Como si fuera pecado, pagué mi pecado, llegué a restaurantes de los que me sacaron o me ponían en una mesa donde no me vieran, porque ¡qué vergüenza!”, agregó.
Pese a que en algún momento estas experiencias le dolieron y la llenaron de rabia por la injusticia, siempre tuvo presente que todo valía la pena por su hijo.
“Se compensó cuando yo iba con mi hijo en el carrito sentado en un supermercado y nunca me importó lo que la gente dijera de mí… yo venía de una familia muy tradicional, de hecho siguen siendo muy tradicionales”, agregó.
Afortunadamente, ahora celebra que “las cosas han cambiado (para las madres solteras) y a lo mejor lo único que hice fue como adelantarme a los tiempos”.