Sin duda alguna, la actriz mexicana Michelle Renaud está disfrutando a plenitud del amor. Matías Novoa es el hombre con quien ahora comparte su vida y ha dejado saber que también quiere formar una familia a su lado.
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Pero, esta vez, lo hace desde la madurez que le han dejado sus anteriores relaciones tóxicas, que la llevaron a cuestionarse cómo se debe vivir sanamente el romance. Este martes 11 de octubre, dejó al desnudo toda su vida amorosa en el podcast La magia del caos, de Aislinn Derbez.
Conversó acerca de lo doloroso que fue vivir seis años de matrimonio y cómo logró entender qué era lo que la mantenía atada a una relación que nunca tuvo futuro, salvo por su hijo Marcelo, quien ahora tiene 5 años.
Renaud manifestó que lo que vivió al lado de Josué Alvarado (empresario, músico y padre de su hijo) no fue amor y opinó sobre lo bueno que resulta el divorcio cuando las relaciones ya no funcionan.
“Siento que para la gente sigue tiendo tabús alrededor del divorcio, sigue habiendo muchas creencias limitantes, muchas creencias que ponen primero el qué va a pensar la familia; incluso, los hijos, que lo que la mujer o el hombre está sintiendo en la relación. No sé en qué momento se dijo que el divorcio era de la familia. El divorcio es de la pareja”, manifestó durante la entrevista.
También expresó que evitar divorciarse por los hijos es, precisamente, lo contrario a lo que debe hacerse: “Junto tienes que pensar qué ejemplos le quieres dar a tus hijos, qué tipo de relación le quieres enseñar a tus hijos que tengan, y si es la que estás teniendo, pues no estés ahí”, aconsejó la actriz.
Yo lo puedo cambiar
La artista de “La reina soy yo” afirmó que tomar la decisión de separarse de su exesposo fue un proceso difícil, pero “bien libertador cuando das el paso. Cuesta trabajo. Me casé sabiendo con quién, pensando que podía cambiarlo: ¡error” nadie cambia a nadie, y no tienes por qué cambiarlo, me casé creyendo de que el matrimonio y el bebé lo iban a hacer sentar cabeza. Que iba a jugar a la casita conmigo, y de repente no era así. Me vi en el rollo de qué van decir”.
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“De te liberas, aceptas al otro como es y siento que ayuda al proceso de maternidad y todo. Una mamá feliz, es una mejor mamá”, acotó Renaud.
El divorcio fue lo mejor
El divorcio fue lo mejor que le pasó en la vida. Una relación que nunca sirvió seis años de matrimonio. Es liberador que nunca funcionó fue una relación difícil donde la pasaba mal es que lo amo, yo sufría mucho cuando terminamos.
“Mi relación se basaba en el dolor, no el amor comunicación o crecimiento. A mi lo que me hizo divorciar fue Marcelo y vi lo que era el amor, dije: “Esto es amor (sentimiento por su hijo), esto es toxicidad, nunca ha sido amor. Yo quiero que mi hijo nazca en un ambiente amor”.
Cómo lo superó
Explicó que “cuando iniciamos el enamoramiento no nos mostramos tal cual como somos, porque quiero gustarte y cuando esto termina y nos presentamos como somos empieza la lucha de cambiar al otro y cambiar por el otro”
La también modelo afirmó que la única forma de que dure una relación es con la verdad: “Esta es muy verdad, soy yo, mi comunicación, hay cosas que no te gustan y que no van a cambiar y tienes que aceptar”.
La artista descubrió que el miedo podía ser su gran aliado: “Siempre que lo superas te liberas. Que donde te da miedo, ahí hay. Si tienes miedo al abandono es porque tienes que aprender a estar solo, si tienes miedo a cómo salir adelante económicamente es porque la vida me está diciendo que debo ir a trabajar. Y tú puedes hacerlo”.
Encontró el equilibro del amor con Matías Novoa
Ella confesó estuvo en una relación muy violenta, en la que siempre justificaba los actos de maltrato, hasta que estuvo consciente de que la violenta era ella por permitir que eso le pasara. Mientras que en otras relaciones, se buscaba a personas que no estaban dispuestas a comprometerse y “no querían jugar a la casita”.
Sin embargo, esto está cambiando: “Ahora estoy en una relación (con Matías Novoa) en donde hay mucha comunicación, casi que hay junta de consejo cada cierto tiempo para saber cómo vamos, qué sentimos, qué queremos, es mucha plática”.