Salma Hayek es el vivo ejemplo de que querer es poder. Ella hizo que su nombre fuera reconocido en Hollywood, aunque su llegada estuvo llena de tropiezos y rechazo, pues no solo luchó con los estereotipos de una industria bastante cerrada, sino también con sus propias carencias como el no saber inglés.
A sus 25 años llegó a Estados Unidos dispuesta mostrar todo su talento a pesar de que muchos le dijeron que no lo lograría. Salma no solo llegó como ilegal al país americano, también se enfrentaba a un país donde la actuación era muy competitiva y la discriminación era el pan de cada día, pero ella enfrentó sus miedos y adversidades.
“Fui inmigrante ilegal en Estados Unidos. Fue un periodo corto, pero aún así lo fui (…) Cuando empecé me tuve que enfrentar los peores tiempos en términos de discriminación racial en Hollywood. Era inconcebible para los directores y productores estadounidenses que una mexicana obtuviera un papel principal”, sentenció.
Salma Hayek y su mayor enemigo en Hollywood
La actriz, oriunda de Coatzacoalcos, un pequeño pueblo al sur de Veracruz, era hermosa, con mucho talento y las ganas de ser toda una estrella, pero a diferencia de otros tenía un obstáculo que le podía impedir alcanzar la fama.
Y es que la mexicana no solo no hablaba inglés, sino que al padecer de dislexia lograr hablar el idioma era casi imposible para ella.
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“Pronto me di cuenta de que no iba a ser difícil aprender: ¡Iba a ser casi imposible!”, dijo la famosa, aunque no se rindió y siguió luchando para ser la mejor.
Sus ganas de éxito la convirtieron en una mujer fuerte y decidida, por lo que el fracaso no estaba dentro de sus opciones.
“Todos pensaban que estaba fuera de mi alcance. Las personas en Hollywood fueron las primeras en intentar desanimarme. ‘Regrésate’, dijeron. ‘No tienes futuro aquí’”, contó.
En 2002 obtuvo el papel que la catapultó al protagonizar Frida, basada en la vida de la artista Frida Kahlo.
Su papel la condujo a ser nominada para un Oscar y desde entonces no ha parado de cosechar éxito en Hollywood, incluso logró convertirse en una superheroína de Marvel a sus 55 años.
“Soy muy afortunada de que no me fue fácil, porque he aprendido mucho tratando de averiguarlo todo y hacer cosas por mí misma”.
Ahora cuenta con su propia estrella de la fama y su carrera ha estado plagada nominaciones como los Golden Globe y Academy Award.