Blonde, la cinta de Marilyn Monroe del director Andrew Dominik protagonizada por Ana de Armas, sigue causando sensación en Netflix. Y es que a pesar de la división de opiniones que existe respecto al tratamiento que se le dio a la trama, ha despertado curiosidad alrededor de la vida del ícono de la cultura pop.
PUBLICIDAD
La cinta defiende que no es una biografía, sino un relato ficticio basado en la novela homónima de Joyce Carol Oates. Ésta imagina la dualidad de una mujer llamada Norma Jeane (nombre verdadero de Marilyn) que es consciente de ser un personaje en el escenario que no es real. “Marilyn Monroe sólo existe en la pantalla”, se escucha a Ana de Armas transformada en una Marilyn atormentada y exhausta.
Marilyn Monroe puede ser el símbolo sexual más icónico en la historia de Hollywood, pero la actriz enfrentó una lucha agotadora para no ser encasillada como la “rubia tonta” en las películas.
La ‘rubia tonta’ ha sido uno de los estereotipos más frecuentes con los que han lidiado las mujeres por años y esto, como sucede con otros clichés, ha llevado a un importante en temas de contratación, promociones y otras experiencias sociales.
Si bien no todo lo que vemos en ‘Blonde’ es la realidad, sí se muestra la lucha de Monroe contra su injusto encasillamiento.
Marilyn en realidad tenía el cabello castaño pero en 1946, Emmeline Snively, la primera persona en contratar a Monroe como modelo, la envió a Frank & Joseph’s Salon para que la peinaran antes de trabajar para la marca de champú Rayve.Fue entonces cuando el mismo dueño del salón decidió alisar el cabello de Monroe y aclararlo para volverlo rubio.
Quizá el personaje de Marilyn reforzó varios estereotipos femeninos que la convirtieron en una gran estrella sin embargo, llegó un punto en el que se sintió frustrada por ser considerada únicamente para papeles de la “rubia tonta”. Ella estaba dispuesta a romper con ello con papeles arriesgados aunque le costara su reputación.
PUBLICIDAD
La actriz no estaba contenta con su trayectoria. Tanto ‘Lorelei Lee’ en Los caballeros las prefieren rubias como ‘Pola Debevoise’ en Cómo casarse con un millonario fueron las “rubias tontas” por excelencia.
Fue en 1954, que según Entertainment Weekly, la actriz dijo en referencia al papel que le dieron en River Of No Return: “Creo que merezco un mejor trato que una película de vaqueros de grado Z en la que la actuación terminó en segundo lugar después del escenario”. Monroe escribió la palabra “basura” en él guión y se lo envió al director. Ella sabía que merecía más por lo que tomó la decisión de desaparecer de Hollywood.
El deseo de Monroe de aprender y mostrarle al mundo su inteligencia era genuino. La actriz se dedicó a estudiar a Shakespeare y tomó clases de educación y literatura inglesa con la esperanza de protagonizar una película basada en una obra del autor.
El 7 de enero de 1955 y con el apoyo de su amigo y fotógrafo Milton Greene, anunció al mundo la formación de su propia productora, Marilyn Monroe Productions. “Esa fue su forma de lograr la libertad creativa”, dice Elizabeth Winder, autora de Marilyn en Manhattan, sobre el año de Monroe en la ciudad de Nueva York. “El estudio la poseía y ella sabía que no podía permanecer en ese sistema, pero tampoco quería dejar de actuar. Esta era su manera de poder ser el tipo de actriz que sabía que podía ser. Realmente no había forma de que ella lo hiciera de otra manera”.
Como le dijo Monroe al periodista Edward R. Murrow: “No es que me oponga a hacer musicales y comedias, de hecho los disfruto, pero también me gustaría hacer papeles dramáticos”.
En cuestión de horas, Marilyn había puesto en jaque a Hollywood y se convirtió en la primera mujer desde Mary Pickford (actriz del cine mudo más poderosa y mejor pagada en esa época) en iniciar su propia compañía de producción.
Fox por supuesto no estaba dispuesto a perder a su más grande estrella por lo que después todo un año de negociaciones, finalmente llegaron a un acuerdo no exclusivo que le valió a Monroe un cheque por ganancias pasadas, un nuevo salario de $100,000 por cuatro películas durante un período de siete años y la aprobación de todos los aspectos principales de sus producciones, incluidos el guión, el director y el director de fotografía.