A sus 57 años, Brooke Shields es una de las actrices más famosas y queridas de Hollywood. La intérprete saltó a la fama mundial cuando protagonizó La laguna azul a sus 14 años en 1980. Desde entonces, estuvo imparable conquistando a las audiencias con su talento, belleza y carisma.
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No obstante, su infancia y adolescencia llena de éxitos no fue tan fácil, como muchos creen. La actriz creció abrumada por las presiones de una madre adicta al alcohol que buscaba obsesivamente que su hija fuese una estrella y la explotó hasta rebasar todos los límites habidos.
De hecho, incluso consintió que su hija posara desnuda para una revista propiedad de Playboy cuando solo era una niña, unas fotografías que la misma artista buscaría desaparecer de todos los medios cuando llegó a su adolescencia.
Brooke Shields modeló sin ropa en su niñez orillada por su mamá
Brooke nació el 31 de mayo de 1965 como fruto del fugaz matrimonio entre la estilista Teri Schmon y Francis Shields, un ejecutivo de Revlon que estaba vinculado a la nobleza de Europa.
No obstante, se divorciaron poco después de su nacimiento. De hecho, cuando los Shields se enteraron de su embarazo, le dieron dinero para que abortara, pero ya sabemos que no lo hizo.
Aunque no perdió contacto con su padre, Brooke fue criada sola por su madre, quien comenzó a llevarla a audiciones desde que era bebé.
Su primer trabajo lo consiguió a los 11 meses de edad como modelo de un anuncio de jabón. A partir de ese momento, no pararía de trabajar.
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Schmon opinaba que su hija era “la más hermosa del mundo” y “la mejor”. En palabras de la misma Brooke años más tarde, ella fue la “máxima creación” de su madre.
“El amor fue tan intenso. Éramos nosotras contra el mundo”, dijo en su libro There Was a Little Girl: The Real Story of My Mother and Me (2014).
Bajo la gestión de su madre, a sus siete años, la luminaria trabajaba como modelo desfilando en unos almacenes de Nueva York tres veces a la semana luego de la escuela; sin embargo, la matriarca rebasó los límites cuando Shields tenía tan solo 10 años de edad.
En 1975, Teri permitió que Brooke posara sin ropa y con un maquillaje cargado en una bañera para Sugar and Spice, un suplemento de Playboy de imágenes eróticas con pretensiones artísticas.
El fotógrafo Garry Gross fue el encargado de tomar las controversiales imágenes y su madre cobró 450 dólares por la sesión en la que su pequeña quedaba expuesta.
Las controversias tempranas en la carrera de Brooke Shields
Unos tres años después, Teri llevó a Brooke a protagonizar otra controversia al interpretar a una niña prostituta en Pretty Baby bajo la dirección de Louis Malle.
Más tarde, en 1980, fue la estrella de La laguna azul, otra película con una alta carga sexual en donde Shields daba vida a una joven que perdía la virginidad con su primo en una isla desierta.
Durante el mismo año, volvió a despertar las críticas al encabezar una campaña publicitaria para Calvin Klein Jeans con contenido sugerente al punto que fue prohibido en muchos países.
En el comercial de la marca, dirigido por Richard Avedon, la actriz pronunciaba una frase que desató la polémica: “¿Quieres saber lo que se interpone entre mis Calvin y yo? Nada”.
“Los paparazzis y el público le gritaban a mi madre: ‘¿Cómo has podido?’ Me pareció todo muy ridículo”, contó a Vogue años después. También dijo no ser consciente del erotismo del anuncio.
“Yo era ingenua, no pensé nada sobre ello. No pensé que tenía que ver con la ropa interior. No le vi connotación sexual”, confesó. “Era una niña muy ingenua. Creo que se asumió que yo era más espabilada de lo que era en realidad”.
El intento de Brooke por borrar sus fotos para Sugar and Spice
Al cumplir los 16 años, Shields y su madre se dirigieron a la Corte Suprema de Nueva York para pedir que se prohibiera la reimpresión de las fotos en las que aparecía desnuda a los 10 años.
“Estas fotos no me representan como soy hoy en día”, explicó la estrella ante el juez en Manhattan. “Yo he llegado a ser más consciente de mi persona, de mi cuerpo y de mis amigos”.
De acuerdo a 9Honey, Teri demandó a Garry Gross por 1 millón de dólares en daños y argumentó que las fotos –de las que cedió los derechos en 1975- podrían dañar la carrera de su hija.
Además, dijo que no se debería permitir que el fotógrafo siguiera beneficiándose de estas imágenes. Empero, la corte desestimó la demanda.
Según el medio, el juez Edward Greenfield concluyó que las fotos “no eran eróticas ni pornográficas”, excepto para “mentes posiblemente perversas”.
Además, señaló que, si bien podrían causar vergüenza a Brooke, no le provocarían un “daño irreparable”. También dijo que era una “víctima desafortunada de un contrato al que dos adultos codiciosos la ataron”.
Por lo tanto, la corte concluyó que el contrato no podía romperse y el fotógrafo podía seguir comerciando con estas fotos “siempre y cuando no las cediese a publicaciones pornográficas”, informó The New York Times, de acuerdo a El País.
La revista 9Honey además aseguró que el juez criticó a Teri por demandar por las fotos cuando permitía que la joven actuara en películas con contenido sexual.
De hecho, la acusó de “vivir a través de su hija” y tratar de “generar una imagen (de Brooke) que (era) sexualmente provocativa y emocionante” a la par que intentaba resguardar su inocencia.
“(Teri está tratando de ser) maternalmente protectora pero explotadora al mismo tiempo... Ella no puede tener las dos cosas”, remató.
Más tarde, un tribunal de apelaciones anuló la decisión, pero en 1983 se ratificó el veredicto de 1981. No obstante, los activistas de los niños no opinan igual que la justicia.
“Brooke Shields tenía 10 años cuando se tomó esta foto. No pudo haber dado su consentimiento informado para que se usara”, dijo Michele Elliott, fundadora de Kidscape.
“Debe estar al borde de la pornografía infantil. Ciertamente no es arte”, agregó Elliott cuando las fotos resurgieron en la exhibición Spiritual America de Richard Prince en el Modern Tate de Londres en 2009.
Prince usó las fotos de Brooke tomadas por Gross para su obra; sin embargo, la Scotland Yard revisó la exposición y avisó al Tate que la muestra podía atentar contras las leyes británicas. La exposición se canceló hasta que fueron eliminadas.
Brooke Shields y su tormentosa relación con su madre
La madre de dos no se abriría sobre su complicada relación con su madre y todas las cosas que vivió hasta que la despidió como mánager en 1995 hasta después de la muerte de Teri en 2012.
En el libro de memorias antes mencionado, cuenta que su controladora progenitora era adicta al alcohol y ella debía buscarla por los bares cuando terminaba sus jornadas de grabación.
También dijo que muchas veces la encontró con hombre desconocidos en la habitación de hotel que tenían juntas y que le organizaba citas con galanes del momento en Hollywood.
Afortunadamente, Brooke cumplió el sueño de Teri y sobrevivió a crecer ante las cámaras y las malas decisiones de su madre, a quien no le guardó rencor.
Al contrario, siempre se ha mostrado devota a ella y aunque no ha negado sus errores, ha procurado destacar sus aciertos, lo bueno en ella y en su turbulenta relación de madre e hija.