La intriga que rodea a los asesinos en serie siempre ha estado relacionada con la forma en que los medios tratan los crímenes atroces que cometieron y las historias que hay detrás. Desde tiempos remotos, los diarios impresos se encargaron de crear encabezados atractivos que hicieron que las personas lo tomaran como una forma de entretenimiento morboso.
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Basta con recordar al asesino serial más infame, ‘Jack el Destripador’, un nombre acuñado por los medios de comunicación para vender una historia que terminaron por convertirlo en un mito que ha seguido inspirando el cine.
La lista de series y películas que tratan sobre asesinos seriales es interminable y mientras algunos han tomado personas de la vida real, otros se han basado en éstas para crear sus propias versiones de asesinos “encantadores” como Joe Goldberg en la popular serie You.
La más reciente serie de Netflix Dahmer ha encendido de nueva cuenta la polémica en torno a la representación de Jeffrey Dahmer, apodado el Canibal de Milwaukee or el Monstruo de Milwaukee.
Entre los años 1978 y 1991, Dahmer asesinó a 17 hombres de una manera verdaderamente horrible que hizo cuestionar si se trataba de crímenes principalmente raciales y homofóbicos. Según la historia, Dahmer tuvo una infancia normal sin embargo, se volvió retraído y poco comunicativo a medida que envejecía. Comenzó a mostrar poco o ningún interés en los pasatiempos o la interacción social cuando entró en la adolescencia y en cambio se dedicó a examinar cadáveres de animales y beber en exceso.
Su consumo de alcohol continuó durante toda la escuela secundaria, pero no le impidió graduarse en 1978. Solo tres semanas después, el joven de 18 años cometió su primer asesinato. Debido al divorcio de sus padres ese verano, Jeffrey se quedó viviendo solo en una casa donde constantemente tenía oscuros pensamientos. ¿Qué pasa en la mente de una persona como Dahmer?
Si bien muchas de las historias más populares de asesinos seriales que hoy son parte del catálogo de películas Hollywoodenses sucedieron hace treinta o cincuenta años, siguen existiendo crímenes atroces que hacen que nos preguntemos qué los lleva a actuar sin piedad.
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Los expertos han señalado que los agresores tienen rasgos específicos como lo son la obsesión de poder, tanto sexual como en la vida en general de sus víctimas. Esto puede derivar de un fondo de abuso infantil y rechazo por parte de los padres.
Al no creer en las normas sociales, ni en los principios éticos, los asesinos seriales pueden ser categorizados como sociópatas o psicópatas. Pueden pretender sin problemas ser encantadores pero su naturaleza es impulsiva, violenta y abusiva, lo cual muestran desde temprana edad. Y sí, obtienen satisfacción a partir de sus acciones.
Jeffrey Dahmer es un asesino en serie que ha sido investigado y estudiado en psicología criminal. Aún no se ha encontrado qué tipo de trastorno mental padecía en realidad, pero si observamos sus rasgos de carácter, comportamiento e historial, todos los signos de un trastorno psicológico son claramente visibles.
Sus padres tenían una relación tóxica y en lugar de construir un entorno saludable, Dahmer fue testigo de intensas discusiones, peleas e incluso amenazas de que su madre aparecía con cuchillos.
Dahmer se sintió solo y se ahogó en alcohol, ya que no había nadie más presente con quien pudiera compartir su vida. Es difícil de describir su mente debido a su encanto superficial y formas manipuladoras, aunque su falta de conciencia y su deseo de estar solo pueden estar relacionados con la psicosis.
¿Cómo es que Dahmer usó su encanto para atraer a sus víctimas? Dahmer sabía cómo moverse sin que nadie sospechara de él, incluso si actuaba diferente a los demás. A menudo lograba cortejar a algunos de los hombres negros que se reunían en los bares de Milwaukee y se esconde detrás de una sonrisa inocente al tiempo que ofrece un trago. Dahmer incluso lograba engañar a la policía para que las cosas giraran a su favor.