Romance en Verona, la nueva comedia romántica de Netflix, está conquistando a los usuarios en la plataforma con su divertida historia de amor encabezada por los actores Kat Graham y Tom Hopper.
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Dirigido por Mark Steven Johnson, el largometraje sigue la historia de Julie Hutton, una controladora maestra de primaria que es dejada por su novio cuando estaban a punto de viajar a Verona, Italia.
Con el fin de no tirar por la borda toda la planificación del viaje de sus sueños, la protagonista decide viajar sola. No obstante, una serie de imprevistos comienzan a arruinar sus planes.
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Uno de estos es la presencia de un guapo, pero insolente hombre llamado Charlie Fletcher en la casa que alquiló para su viaje. Y es que resulta que el dueño del inmueble la rentó en dos apps y ambos la reservaron.
Ante el complicado panorama y la negativa de los dos a marcharse del lugar, deciden a regañadientes compartir el espacio mientras cometen toda clase de acciones para que el otro se vaya de la casa.
Sin embargo, en medio de esta batalla, la pareja poco a poco se da cuenta de que realmente se complementan y nace entre ellos un genuino amor orquestado por el destino.
A lo largo del filme, el público es testigo de muchas escenas cómicas y románticas, pero hay una en especial que marcó a Graham por lo dificultosa que fue de grabar tanto para ella como para la producción.
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La escena más difícil de grabar de la película Romance en Verona (Alerta, spoilers)
Se trata de la escena en la que Julie cubre de aceitunas a un dormido Charlie y abre la ventana para que los gatos callejeros entren y coman sobre su cuerpo con el fin de disparar su alergia a los felinos.
En una reciente entrevista con Entertainment Weekly, la protagonista de la ficción manifestó que fue muy difícil tener tantos gatos en el set porque debía batallar para poder mantenerlos bajo control.
“No fueron los mejores. No soy realmente una persona de gatos, No sé si los gatos fueron los difíciles o sus entrenadores, pero esas escenas probablemente tomaron más tiempo (en grabarse)”, manifestó.
De igual forma, Hopper estuvo de acuerdo en que fue complicado controlar a los felinos en escena. Empero, reconoce que la parte más compleja de la filmación de esta secuencia se la llevó su coprotagonista.
“Kat se llevó la peor parte, eso es seguro. Yo solo tenía que acostarme y me ponían a los gatos, pero Kat tuvo que lidiar con ellos. Y no hacen lo que quieres que hagan, tienen una mente propia”, explicó.
En su caso, actuar estos momentos fue relativamente fácil pues solo debía simular estar dormido y luego permitir que los gatos comieran encima de él. Según contó, los animales incluso obedecieron en una ocasión.
“Ponían todas las aceitunas y luego a todos los gatos en su lugar alrededor del cuarto. Hubo una escena que fue bastante fácil (de filmar). Pusieron a los gatos en sus lugares y se quedaron ahí. Ese día se comportaron”, aseguró.
Romance en Verona está disponible en Netflix desde el pasado 1 de septiembre de 2022.
