“Yo soy Betty, la fea” sin duda marcó un parteaguas en la televisión colombiana pues cruzó fronteras por todo Latinoamérica e incluso llegó al mercado anglosajón.
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La telenovela creada por escrita por Fernando Gaitán se estrenó el 25 de octubre de 1999 y finalizó el 8 de mayo de 2001. Tuvo sus adaptaciones alrededor del mundo y en 2010 recibió un Guinness Records como “la telenovela más exitosa de la historia de la televisión”.
La historia de Beatriz Pinzón (interpretada por Ana María Orozco) ha cautivado a los televidentes, convirtiéndose en una favorita por varias generaciones; tanto que hasta hace poco -antes de ser retirada- estuvo en el Top 10 de Netflix.
Si bien la protagonista era Betty y el encanto estaba en su relación con Don Armando Mendoza (Jorge Enrique Abello), hubo un personaje que abrió el debate sobre lo que verdaderamente significó en la historia.
Se trata de ‘Marcela Valencia’, interpretada por la actriz Natalia Ramírez, quien aunque fue catalogada como la antagonista, terminó siendo más buena de lo que creíamos.
Marcela era pareja de Don Armando y era dueña de una parte proporcional de las acciones de Eco Moda pero cuando llega Betty, todo su mundo se sacude. Sí quizá poseía un fuerte y rudo carácter pero tenía sus virtudes. Aquí te dejamos algunas razones por las que en realidad era la buena.
El verdadero villano era Don Armando
Don Armando podrá ser encantador pero sus acciones a lo largo de la historia lo convierten en el verdadero villano y a Marcela en una víctima. Él nunca supo externan sus sentimientos hacia Betty y mucho menos hacia Marcela, con quien tenía una relación sentimental y estaban comprometidos.
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Podría decirse que ambas fueron víctimas de su mala comunicación pero Marcela merecía algo mejor desde el principio ya que ella hacía todo para que él estuviera a la cabeza de Eco Moda, lugar que no supo aprovechar.
No se dejaba de nadie y defendía a otras
Marcela tenía que demostrar su lugar en EcoModa por lo que no es extraño que buscara formas de ganar siempre. Quitando los malos tratos hacia Betty, derivados de su mal humor y egoísmo, ella llegó a apoyar a otras mujeres dentro de la empresa.
En varias ocasiones Marcela metió las manos al fuego por sus subordinadas y compañeras, especialmente por Aura María. En una ocasión le da la oportunidad para que no pierda su trabajo y le pone los pies en la tierra sobre la forma en la que deja que la traten los hombres. También ayudó a marcar un alto con su jefe, quien incluso llegó a acosarla.
La mancuerna con Patricia también mostró que Marcela sí tenía buenas intenciones ya que siempre la tomó en cuenta y la ayudó incluso si eso implicaba pagarle sus deudas.
