Melissa McCarthy cumplió 52 años de edad este viernes 26 de agosto consolidada como una de las actrices de comedia más famosas, respetadas, queridas y mejor pagadas de Hollywood.
El talento, entrega y versatilidad que ha demostrado en todos sus proyectos durante sus más de dos décadas de carrera la han llevado a ser reconocida como una de “las mejores actrices del siglo XXI” por The New York Times.
No obstante, aunque el mundo la ha admirado durante años por los éxitos que ha cosechado y las risas que ha desatado en producciones como Bridesmaids, la notoriedad no le llegó de un día a otro.
Antes de llegar al reconocimiento del que goza, McCarthy ha recorrido un largo camino para cumplir sus sueños en el que, naturalmente, se fue transformando en todos los aspectos.
Así ha sido la transformación a lo largo de los años de Melissa McCarthy
La comediante, escritora, diseñadora y productora nació un 26 de agosto de 1970 en Illinois como segundo fruto del amor entre un empleado de una empresa ferroviaria y una secretaria.
McCarthy creció en una granja de maíz y soya por lo que tuvo una infancia bastante monótona. Pero pronto encontró en su imaginación el mejor recurso para luchar contra el aburrimiento.
“No tenía vecinos, no tenía niños con quienes jugar. Así que estaría corriendo por el granero fingiendo que era detective o algo así”, contó a The Howard Stern Show.
Cuando era niña, también se vio expuesta a la comedia a través de los programas que veían sus padres en su televisión. Le encantaba ver tras la puerta a Carol Burnett o Gilda Radner.
En su colegio católico, la adolescente no era una estudiante destacada, pero formaba parte de todo: era porrista, miembro del consejo estudiantil, jugaba al tenis y era muy popular.
Durante su juventud, sin embargo, tuvo una etapa en la que se tiñó el cabello negro azul azabache y comenzó a vestir con ropa gótica. No por rebeldía ni angustia, sino aburrimiento.
“Si Siouxsie Sioux y Robert Smith de The Cure tuvieran un bebé, esa sería yo”, dijo en entrevista a la revista de The Wall Street Journal. “En cierto modo, era la primera vez que hacía un personaje”.
Empero, a pesar de que con sus disfraces y fantasías mostraba desde temprano sus habilidades para triunfar en la actuación, Melissa no fue directo a Hollywood tras terminar la escuela.
Una amistad que la empujó hasta el éxito
En aquel tiempo, ella quería ser diseñadora de moda. Con este fin, soñaba con estudiar en el Instituto de Tecnología de la Moda en Nueva York, pero a su familia no le gustaba la idea.
Así fue que se matriculó en la Universidad del Sur de Illinois. No obstante, la también mejor amiga de Octavia Spencer abandonó su carrera casi dos años después.
Tras esta etapa, sin dinero ni norte, una Melissa de alrededor de 20 años de edad se reunió con su hermana mayor, Margie, en Colorado, y tuvo varios trabajos ocasionales.
Así vivió hasta que se reencontró con su gran amigo de la infancia Brian Atwood –sí, el diseñador de zapatos–, quien la impulsó a ir a la Gran Manzana.
“Me dijo: ‘¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás en Nueva York?’ Le dije: ‘No sé’. Y tres días después me mudé”, contó a WSJ. “Le dije: ‘Deja de perder el tiempo”, recordó Atwood.
Melissa se quedó en su pequeño departamento. En su segunda noche en la gran ciudad, él la incitó a hacer comedia vivo. Y es que vio primero que nadie que tenía un don y debía explotarlo.
De hecho, creía que era la persona más graciosa que había conocido en su vida.
Con la ayuda de Atwood, se adentró al mundo del stand-up comedy. Al comienzo, cautivó al público con historias largas en noches con micrófono abierto.
En uno de sus primeros espectáculos, el diseñador recuerda que “derribó la casa. Tuve escalofríos porque acabábamos de presenciar algo especial”.
Pero el ambiente agotador con los abucheos y demás particularidades, la agotaron. Así que, nueve meses después de estar haciendo comedia en vivo, decidió estudiar actuación para perseguir carrera como actriz. Muy pronto obtuvo en papeles en obras pero nada que ver con Broadway.
Melissa despega en Los Ángeles
Los roles que interpretaba tampoco pagaban sus cuentas, por lo que decidió cambiar de estrategia. A comienzos de los 90, se mudó a Los Ángeles con un amigo y consiguió trabajos provisionales en empresas como Starbucks.
Luego de su llegada, vio un espectáculo de la compañía y escuela de improvisación y sketches de comedia Groundlings y quedó maravillada. Al mes, hizo una audición y entró.
“Una vez que entré en Groundlings, probablemente fueron los siguientes 10 años de mi vida”, comentó al WSJ sobre el grupo del que han surgido otros grandes de la comedia como Kristen Wiig.
En esta compañía, rápidamente destacó, pulió su talento y comenzó a ganar sus primeros seguidores. Además, le permitió conocer al hombre que terminaría siendo su esposo: Ben Falcone.
De acuerdo a portales, en 1998, la pareja coincidió en una clase de escritura de comedia.
El material que Falcone presentó ante los compañeros enganchó a la entonces aspirante a actriz. “Inmediatamente pensé, ‘Oh, él es extraño. Me gusta”, rememoró a The Ellen Show.
“Y éramos amigos desde el primer día”, dijo. Los estudiantes pronto comenzaron una relación y se casaron en 2005. Hoy, además de seguir juntos, tienen dos hijas: Viviane (15) y Georgette (12).
La fecha límite para cumplir sus sueños que casi detiene a Melissa McCarthy
Tras sus estudios, Melissa trabajó como asistente de producción y niñera mientras asistía a castings en espera de una oportunidad, según Mamamia.
Además, le puso fecha límite a su sueño de ser actriz: si a los 30 años no había logrado nada, renunciaría a todo. No obstante, el destino quería que cumpliera sus sueños.
Y es que, la semana antes de llegar a los 30, la llamaron para decirle que se había ganado el papel de Sookie St. James en Gilmore Girls.
El programa, estrenado en el 2000, resultó ser todo un éxito que se extendió durante siete años de transmisión y la lanzó a la fama en todo el mundo, al igual que el resto de sus compañeros de elenco.
Después de este papel, siguió actuando en proyectos para la pequeña y gran pantalla, como Mike & Molly (2010-2016). Empero su gran despunte no llegó sino hasta años después de ser St. James.
La película que terminó de catapultar a Melissa
En 2011, la famosa se sumó al elenco de Bridesmaids para dar vida a la icónica Megan “Meg” Price sin imaginar que se convertiría en la actuación de su vida en ese momento.
Su extraordinaria interpretación no solo fue ovacionada por la crítica, además le valió una nominación al Globo de Oro y una inesperada nominación al Oscar a la mejor actriz de reparto.
Aparte, el filme recaudó 288 millones de dólares en todo el mundo y las puertas se le abrieron de par en par en las pantallas estadounidenses.
¿Qué hizo Mel McCarthy tras despuntar su carrera?
Tras este pistoletazo en su carrera, Melissa McCarthy ha encarnado roles en un sinnúmero de películas en donde si no es la protagonista, igual se roba el show como The Heat, Spy o Ghostbusters.
Asimismo, en 2017, sacó a relucir sus destrezas para el drama protagonizando: Can you ever forgive me? Con su actuación en este largometraje, demostró versatilidad, un talento formidable y entrega.
“Ella puede hacer drama y puede hacer comedia física, hay tanta amplitud en lo que puede hacer”, dijo Falcone al WSJ sobre el don actoral que tiene su esposa.
La Academia la nominó a su segundo Oscar. No se lo ganó, pero tampoco le hace falta para validarse. Los críticos la coronan una y otra vez por su capacidad de transmitir vida.
El presente de la camaleónica Melissa McCarthy
A sus 52 años, McCarthy ha brillado en más de 40 cintas y alrededor de 17 series. Sus películas, no siempre son loadas por la crítica, pero normalmente son grandes éxitos en la taquilla.
Aparte, ha sido nominada a 111 premios de los que se ha ganado 39. Entre ellos, dos Emmy (uno por Mike & Molly en 2011 y el otro por la conducción de Saturday Night Live en 2017)
De manera recurrente entra en la lista de las actrices mejor pagadas del mundo. En 2020, ocupó el puesto número 4 con un ingreso estimado de 25 millones de dólares, según Forbes.
Además, la intérprete maneja su propia productora con su esposo llamada On the Day con la que han lanzado exitosas películas de comedia, tales como Tammy, The Boss o Life of the Party.
En sus proyectos, Falcone suele quedarse tras cámaras como director y escritor. Mientras, McCarthy está al frente como protagonista; muchas veces, también como coguionista.
Por su parte, ante las reacciones negativas que han llegado a recibir las películas de comedia, la luminaria no ha dudado en saltar a defenderlas.
“La gente sigue diciendo: ‘Las comedias no funcionan como las cosas de acción’. Estoy como, ‘Bueno, la comedia recaudó 30 millones de dólares...”, dijo en un podcast, citado por Mamamia.
“Y la estás comparando con una película que cuesta 150 millones de dólares y tenía siete personas enormes en ella, y música y efectos especiales”, agregó.
“Creo que no puedo entenderlo. No sé qué haría sin las comedias. Y cuando conozco gente, me dicen: ‘Sigue haciendo lo que estás haciendo. Dios mío, necesitamos reír ahora más que nunca”
Su próximo proyecto no lo produce ella y tampoco es comedia, pero le permitirá mostrar más de sus facetas desconocidas: la malvada Úrsula en el live-action de Disney del clásico La sirenita.
Por otro lado, gracias a sus éxitos, la educada, serena y cómica McCarthy pudo retomar su sueño de la juventud y lanzó Melissa McCarthy Seven7 en 2015, una línea de ropa con tallas para todas.
“He estado en todas las formas y tamaños que hay, y me resultaba cada vez más difícil encontrar cosas”, dijo a WSJ. “Pensé, soy moderna y joven y quiero usar lo que todos los demás usan. ¿Por qué es esta una petición tan extraña?” La marca ya no está en producción.
Empero, aunque este mundo le apasiona y sigue trabajando en una firma asequible, actuar y hacer películas seguirá siendo la prioridad de la optimista, trabajadora y modesta Melissa McCarthy
“A veces en el trabajo pienso, ‘¿Este es mi trabajo?’ Literalmente estoy haciendo lo que hacía cuando tenía tres años”, expresó a Armchair Expert. “Siento que estoy engañando a todos”.