Ser madre primeriza es uno de los retos más duros que le toca atravesar a cualquier mujer, algo de lo que conoce bastante, Yuya, quien el pasado 29 de septiembre de 2021 le dio la bienvenida a su primer hijo.
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A partir de ese momento, ha tenido que lidiar con los cambios en su cuerpo, las hormonas, la modificación de su rutina, el cansancio y hasta las críticas de quienes en su momento la tildaron de “romantizar” el proceso de crianza.
Como sea, su evolución es motivo de inspiración para muchas que están atravesando esta etapa o están cerca de hacerlo, porque con su experiencia muestra que la motivación para ser cada vez mejores el amor.
Lecciones para madres primerizas que aprendimos de Yuya
La maternidad no está peleada con la vida laboral
Una de las preocupaciones más frecuentes de la mujer moderna al convertirse en mamá es cuándo podrá volver a su trabajo, seguir llevando las riendas de sus emprendimientos y cómo serán los malabares para combinar ambos roles.
Aunque resulta duro, la influencer mexicana es la prueba de que con la suficiente pasión por su carrera y mucha organización, se puede llevar a cabo una exitosa profesión y el ser mamá.
(Yo dije) un mes, en un mes voy a regresar. Ingenua, Dios mío, qué pesado es esto, pero qué hermoso,
— confesó durante el posparto.
Más que miedo, hay que verlo como un reto
Con tantas cosas que suceden... es normal querer bajarse del bús y huir. No obstante, la joven de 29 años tiene una particular manera de ver todo lo que le ha tocado atravesar.
“Estoy emocionada porque a diario es un reto, todos los días pasan cosas distintas, todos los días me conozco a mí misma”, dijo, de acuerdo con Ok Chicas.
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“No necesito adaptarme a nada, necesito construir una historia con esto que me está sucediendo ahorita. Lo que tengo es en este momento, entonces lo vamos a gozar”, agregó, inspirando a dejar atrás el pasado y abrazar su nueva realidad.
Tiempo para ti misma
Asimismo, la también empresaria le recuerda a sus seguidoras y a veces, hasta a sí misma, lo fundamental que es dedicarse tiempo para consentirse, disfrutar de sus pasatiempos o relajarse en medio de todo.
“Cuando me doy mi tiempo, tengo más energía, puedo hacer mis cosas. Puede salir el ogro que llevo dentro, pero cuando me doy mi tiempo, las cosas fluyen”, confesó.