Hollywood es un lugar infame para cualquiera que no se ajuste a sus estrictos estándares de belleza. Aunque se ha luchado por romper con la llamada “vergüenza corporal” o bodyshaming, el daño que ha causado la industria del entretenimiento en la mente de muchas mujeres está hecho, lo que ha provocado inseguridades en ellas y que en ocasiones tomaran decisiones contraproducentes para transformarse.
PUBLICIDAD
Algunas de ellas han decidido denunciar la presión a la que se han enfrentado para perder peso o el rechazo que vivieron por no tener “cierto tipo de cuerpo”.
Rebel Wilson
La actriz australiana ha tenido un cambio impresionante en todos los sentidos sin embargo, en 2021 confesó que su equipo no apoyó el viaje de fitness que inició desde 2020 que la llevó a perder más de 70 libras.
“De hecho, recibí mucho rechazo de mi propio equipo, aquí en Hollywood, cuando dije, ‘Está bien, voy a hacer este año de salud. Siento que realmente voy a transformarme físicamente y cambiar mi vida ‘’, dijo la estrella de Pitch Perfect, a la BBC. “Y ellos estaban como, ‘¿Por qué? ¿Por qué querrías hacer eso? ‘”, Recordó. “Porque ganaba millones de dólares siendo la chica gorda divertida y siendo esa persona”.
Pero Wilson sabía que quería cambiar su relación con la comida y dijo que, aunque se sentía cómoda con su peso, sabía que sus hábitos alimenticios eran problemáticos.
“En el fondo sabía que algunos de los comportamientos emocionales de alimentación que estaba haciendo no eran saludables. Por ejemplo, no necesitaba una tarrina de helado todas las noches “, admitió. “Esa era mi forma de adormecer las emociones usando la comida, que no era lo más saludable”.
Kate Winslet
Algunos podrán pensar que una super estrella como Kate Winslet jamás ha sufrido de humillaciones pues es tan hermosa, carismática y talentosa que lo último en lo que alguien podría pensar es en molestarla. Sin embargo, la estrella de cine confesó haber sido muy criticada por sus kilos de más, justo en el momento en el que su carrera estaba despegando gracias a su protagónico en “Titanic”.
PUBLICIDAD
“En mis 20, la gente hablaba mucho sobre mi peso. Y me llamaban para comentar sobre mi físico. Bueno, entonces obtuve esta etiqueta de ser atrevida y franca. No, sólo me estaba defendiendo”, dijo Winslet para The Guardián.
La ganadora del Oscar también contó que en algún momento encontró artículos escritos en los que se describía su talla grande.
“Ellos comentaban sobre mi tamaño, estimarían lo que pesaba, imprimirían la supuesta dieta en la que estaba. Fue crítico y horrible y muy perturbador de leer”, dijo.
Anna Chlumsky
En los 90, Anna protagonizó “Mi primer beso” y su secuela junto a Macaulay Culkin pero no vimos mucho de ella durante las siguientes décadas, ya que tomó una pausa deliberada de la actuación.
Tras graduarse de la universidad, la actriz tuvo oportunidades en series como White Collar, Hannibal y Veep (que le valió seis nominaciones al Emmy) y recientemente “Inventando a Anna”. Sin embargo, reveló que tuvo una racha muy difícil a causa de los prejuicios de la industria pues no la contrataron después de “Mi primer beso”, porque según los agentes de casting “era demasiado gorda o demasiado fea” para los papeles.
Alicia Silverstone
Alicia fue una de las chicas más fabulosas de los noventa tras protagonizar la serie “Clueless”. Pero detrás de su sonrisa, existía una enorme presión por sentir que no tenía el cuerpo que los productores consideraban perfecto. De hecho, cuando interpretó a Batgirl en “Batman & Robin”, los productores y tabloides la llamaban ‘Fatgirl’ o así lo reveló en una entrevista de 2020 con The Guardian. Silverstone recordó además que el apodo se volvió tan malo que los paparazzi lo coreaban cuando intentaban seguirla para tomar fotos.