Salma Hayek ha logrado convertirse a pulso en un famosísimo icono latino en Hollywood. Durante décadas de trayectoria, la actriz ha dado vida a un sinfín de personajes con los que ha demostrado su indiscutible talento y se ha ganado su puesto de honor en la meca del cine.
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No obstante, su papel más importante no lo ha encarnado en los grandes estudios hollywoodenses, sino lejos de las cámaras y en el calor de su hogar: el de mamá de su única hija, Valentina Paloma, fruto de su amor con su esposo, François-Henri Pinault.
Sobre su maternidad, la productora mexicana se abrió como pocas veces para la edición de mayo de Vogue México, una revista para la cual además posó por primera vez para la portada acompañada por su adorada unigénita como parte del especial del Día de las Madres.
A la publicación que ha causado furor, Hayek confesó que el nacimiento de su hija fue sumamente deseado. Además, dijo haber tenido un caso “muy particular” pues debutó como mamá a los 41 años, momento que considera “muy tarde” para hacerlo, pero correcto para ella.
“Lo hice ya que encontré a la pareja de mi vida y tenía una carrera estable, pero es que <b>yo ya tenía tantas ganas de tener esta hija que ya nada más me importaba</b>. Ni mi carrera ni nada, creo que eso me ayudó mucho”, manifestó Salma.
Valentina Paloma, la hija de Salma Hayek y François-Henri Pinault, se dedica a esto
Valentina Paloma Pinault Hayek llegó al mundo en septiembre del año 2007. Desde antes de su nacimiento, ya era una celebridad. Y es que, desde que se conoció la noticia del embarazo de Hayek, su nacimiento generó una gran expectación en el mundo del espectáculo.
A partir de entonces, la heredera de la actriz mexicana y el empresario francés ha crecido bajo el ojo público y los flashes de los paparazis. Ahora, Pinault Hayek tiene 14 años y está convertida en una de las adolescentes más adineradas y famosas a nivel mundial.
La jovencita tiene nacionalidad francesa, estadounidense y mexicana. Además, habla perfectamente español, inglés y francés. A Vogue, Salma develó que gusta conversar con su hija en su lengua materna; en especial, cuando no quiere que las personas sepan lo que hablan.
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“Le hablo en español si no quiero que nos entiendan los que están alrededor. Además, creo que refuerza la unidad, el vínculo familiar, fortalece el lazo que tenemos”, compartió.
Actualmente, Valentina está dedicada por completo a sus estudios en la secundaria; sin embargo, no solo le heredó su belleza a su mamá, también su pasión por el séptimo arte y quiere seguir sus pasos para convertirse en una gran actriz y directora de cine en el futuro.
“Quiero cosas distintas, pero casi siempre me muevo entre cuatro. <b>Me gustaría ser actriz y después directora porque eso es lo que tiene sentido en mi cabeza</b>”, expresó determinada.
“Además, creo que debe ser más complicado ser director si no tienes experiencia del otro lado de la pantalla, eso podría ayudar a dirigir”, explicó la joven que tiene todo para triunfar.