Cuando se estrenó en 1998, la telenovela juvenil Soñadoras no solo conquistó a los televidentes con su historia, sino también con sus personajes. Entre estos, estaba Manuel Vasconcelos Jr.
En el melodrama, Manuel es un joven apasionado por los automóviles que está perdidamente enamorado de Jacqueline de la Peña, una compañera en la preparatoria Generación 2000.
Al comienzo de la producción de Televisa, el atractivo joven no solo sufre porque su amada no corresponde a sus sentimientos, sino también por la falta de amor de sus adinerados padres.
A raíz de esto, comienza a refugiarse en el alcohol y las drogas junto a su gran amigo “El Terco”, desarrollando una fuerte adicción. Al final, termina en un centro de rehabilitación y se recupera.
Detrás de este personaje estaba el actor mexicano Eduardo Verástegui. En aquella época, el histrión estaba dando los primeros pasos en la construcción de su carrera actoral.
Desde entonces, han transcurrido más de dos décadas en las que mucho cambió en la vida personal y profesional del reconocido galán de telenovelas.
El cambio de Manuel de Soñadoras
Tras su extraordinaria participación en el melodrama Soñadoras, Verástegui prosiguió construyendo su trayectoria como cantante y actor en la pequeña pantalla mexicana.
Una luz en el camino (1998), Tres mujeres (1999) y Salomé (2001) son algunos de los teledramas en los que trabajó tras su interpretación de Manuel Vasconcelos Jr.
No obstante, tras alcanzar el éxito en las telenovelas, el histrión se alejó del género televisivo en el que se consagró como una gran estrella para edificar su carrera en Hollywood.
En la televisión estadounidense tuvo apariciones en varias producciones famosas, como CSI: Miami y Charmed. Mientras, en el cine, tuvo su debut en la cinta Chasing Papi (2003).
Sin embargo, alrededor de estas fechas, la vida del intérprete dio un vuelco cuando descubrió que no era feliz en la cúspide de la fama y decidió entregarse por completo a su fe católica.
A partir de entonces, renunció a todo lo que tenía, descartó los sueños que hasta entonces cargaba y empezó de nuevo en el mundo del entretenimiento con un propósito diferente.
En 2004, lanzó su compañía Metanoia Films con la que ha producido películas muy personales en donde expone los valores de su religión y además ha trabajado como actor y director.
De acuerdo al actor en entrevista a GQ México, inauguró la productora “con el propósito de producir cintas que tengan el potencial no sólo de entretener a la audiencia”.
“Sino que además ayuden a estimular su intelecto y lo inspiren a hacer cosas positivas en sus vidas: a amar más y juzgar menos, a perdonar más y quejarse menos”, explicó.
Su primer proyecto fue Bella, un aclamado largometraje de 2006 que también protagonizó. Desde entonces, ha actuado y producido varios proyectos que reflejan sus creencias religiosas.
The Butterfly Circus (2009), Crescendo (2011), Cristiada (2012), Hijo de Dios (2014) y Little Boy (2015) son algunas de las producciones cinematográficas en las que ha trabajado.
Entre sus próximos proyectos como productor a estrenar está Sonido de libertad, una película de calidad hollywoodense encabezada por Jim Caviezel, Mira Sorvino y Bill Camp.
En la actualidad, Verástegui tiene 47 años, el paso del tiempo le ha sentado muy bien, está alejado de los reflectores y sigue dedicado a la producción de proyectos inspiradores.
A la par, continúa comprometido con su labor como activista católico por los derechos humanos y filántropo. De hecho, actualmente, dirige el movimiento Viva México.
Asimismo, el artista no solo divulga sus profundas creencias en sus producciones, sino también en sus mensajes en redes como Instagram, en donde tiene más de 600 mil seguidores.
