Miranda McKeon, la actriz de Anne with an E, ha demostrado que es una guerrera, y es que con solo 20 años enfrentó el cáncer de mama y lo venció.
La actriz que interpretó a Josie Pye en la exitosa serie de Netflix, batalló con esta enfermedad durante más de un año, e incluso perdió su cabello, y compartió el proceso a través de sus redes.
Desde el principio la joven se mostró muy positiva, y con muchas ganas de luchar por su vida, convirtiéndose en una inspiración.
A través de sus redes se mostró con la cabeza rapada, dejando ver que así también lucía hermosa, y fue parte de su lucha, de la que está orgullosa.
Actriz de Anne with an E vence el cáncer a sus 20 y muestra las cicatrices que le dejó
Fue el pasado 25 de febrero de este año cuando la actriz de la famosa serie anunció que venció esta terrible enfermedad.
“Después de 8 meses, poner óvulos en hielo, 8 rondas de quimioterapia, 3 cirugías, 25 sesiones de radiación, una nueva cabellera, una receta de Lexapro y muchas lágrimas después LA FIESTA (tratamiento activo) TERMINÓ. Me libré de esta situación como una chica y no podría estar más orgullosa”, dijo a través de sus redes.
Pero, además, hace unos días, Miranda compartió algunas imágenes en ropa interior, en las que mostraba las cicatrices en el pecho y axila, que le dejó la mastectomía a la que fue sometida para extraer el tumor, y una reconstrucción de mamas.
En las fotos se ve a la joven luciendo sus cicatrices sin temor, empoderando a las mujeres y dando una gran lección a las mujeres, enseñándonos a amar nuestras cicatrices, además de llevar su cabello corto, que ya le está creciendo.
“Demasiados días perdí mi cuerpo por culpa de la ciencia. Durante meses mi cuerpo no me pertenecía. Lo compartí generosamente con algo más grande. Estiré mis extremidades y observé cómo mis antebrazos se convertían en alfileteros: superficies de carne maduras para pinchazos de agujas”, dijo en la publicación.
Y destacó que ahora valora más su cuerpo, y se acepta como es. “Poco a poco estoy recuperando mi cuerpo por toda la seguridad, el funcionamiento y la bondad que es. Porque mi cuerpo me pertenece a mí y solo a mí, y ese es un regalo dorado y brillante, un privilegio que tengo tanta suerte de tener”.
Miranda es una guerrera que nos deja una gran lección, no solo aceptar nuestro cuerpo y amar nuestras cicatrices, también a luchar y nunca darnos por vencidas ante nada, pues podemos contra todo.