A la sombra del éxito de toda gran telenovela pueden encontrarse conmovedoras historias de lucha, imborrables experiencias y hasta algunos secretos de su realización. Yo soy Betty, la fea, el melodrama más exitoso de todos los tiempos, no es la excepción.
Tras dos años de arduas jornadas de grabación iniciadas en 1999, el elenco y toda la producción que hizo posible la materialización de la obra maestra de Fernando Gaitán protagonizó numerosas vivencias tras cámaras que hoy son invaluables anécdotas del rodaje.
Desde el desenlace de la inolvidable historia de Beatriz Pinzón en 2001, algunos de estos momentos transcurridos en el set durante la grabación de la ficción han estado saliendo a la luz de manera paulatina para el deleite y sorpresa de los televidentes.
Entre estos instantes detrás de escenas que se han revelado con el paso del tiempo se encuentra un angustiante episodio que atravesó Ana María Orozco, la protagonista de la trama, cuando perdió los brackets de ‘Betty’ antes de filmar algunas escenas.
La vez que Ana María Orozco perdió los brackets de ‘Betty, la fea’
Durante una entrevista para las cámaras de RCN, la jefa de maquillaje de la telenovela colombiana, Rocío López, compartió esta anécdota que aunque ahora resulte cómica, en su momento puso a todos en la producción en una compleja y preocupante situación.
En la charla, López explicó que todo ocurrió cuando un grupo de trabajadores de la telenovela, entre ellos Orozco, decidieron almorzar juntos en los comedores del canal. Antes de la comida, la protagonista se quitó los aparatos dentales de su personaje.
No obstante, una vez que terminó de comer, no volvió a ponérselos porque los dejó olvidados sobre la mesa en donde almorzó. Además, la actriz no se percató de la ausencia de los frenillos de Beatriz sino hasta minutos antes de comenzar a grabar una secuencia para el melodrama.
“Estábamos almorzando y ella se quitó los brackets y los envolvió en unas servilletas. Las niñas del aseo de la cafetería lo echaron todo a la basura y cuando fuimos a grabar, los brackets no aparecían por ninguna parte”, narró.
Al darse cuenta de la falta de tan importante aparato en el look de la hija de don Hermes, parte del equipo de maquillaje corrió a la cafetería a buscar los brackets. “Mis asistentes fueron a buscar los brackets y los encontraron en la basura”, dijo.
“Las niñas de aquí de la cafetería los metieron en agua caliente y como los brackets son plásticos, cuando Ana María se los iba a poner, no le cabían en la boca”, señaló entre risas.
Por fortuna, en medio del caótico panorama, Rocío de inmediato tuvo una ingeniosa idea para reparar los aparatos: si el agua caliente ocasionó el problema, esta también podía ser útil para solucionarlo.
“Pedí agua caliente urgentemente y en el set los metí en agua caliente, los cerré y empecé a ajustárselos a Ana María”, expuso. “Bueno, ahí iban mejorando hasta que los arreglamos”, añadió para concluir la historia sobre el preocupante momento que terminó con un final feliz.