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La complicada vida de Zoe Kravitz al lado de sus famosos padres

Zoë Kravit llegó a sentir tanta presión por la perfección de sus padres y las exigencias de la industria que tuvo trastornos alimenticios

Zoë Kravitz

“The Batman” ha acaparado la atención de los fanáticos por la cruda y oscura narrativa que le dio el director Matt Reeves al llamado “justiciero encapotado”. Y si bien la discusión está sobre el papel que hizo Robert Pattinson como el nuevo Batman, es imposible ignorar a Zoë Kravitz.

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La actriz tuvo una merecida oportunidad para interpretar a la caótica Catwoman, una mujer que con su sensualidad, inteligencia y agilidad, sumada a la tensión sexual entre ella y Batman, se convirtió en una fascinación en el mundo de los cómics.

Junto a las críticas favorables sobre el desempeño de Kravitz como esta antiheroína, ha despertado la curiosidad sobre su pasado.

Zoë es hija del músico Lenny Kravitz y la actriz Lisa Bonet, quienes estuvieron casados de1987 a 1993. Ambos no han dejado de expresar lo orgullosos que están de este nuevo gran logro de su hija y aunque ella también se muestra agradecida por lo que han hecho por ella, en algún punto de su vida sufrió el hecho de que fueran las figuras públicas que son.

Su madre fue despedida del spin-off de Cosby Show, A Different World, cuando quedó embarazada de Zoë. En aquel entonces, Lenny ya era un músico prometedor. Después de que sus padres se separaron cuando ella era una niña pequeña, su madre se volvió a casar con el actor de Aquaman, Jason Momoa (aunque se separaron recientemente), mientras que su padre ha salido con Nicole Kidman, Vanessa Paradis y Adriana Lima.

Zoë heredó un gran talento de ambas partes. Es la cara de la casa de moda francesa Saint Laurent, tiene una banda llamada LOLAWOLF y está está trabajando en un álbum en solitario con el colaborador de Taylor Swift, Jack Antonoff. Pero ella siempre ha sido muy discreta respecto a lo que está haciendo y los proyectos que va sumando.

Como hija de dos grandes estrellas, la actriz reveló que crecer con padres famosos puede tener sus desafíos.

“La música era para mí un refugio, un lugar donde esconderme. Hice listas de reproducción y me acostaba en el piso de mi habitación escuchando a Jeff Buckley, aprendiendo las letras de las canciones que eran la banda sonora emocional de mi vida”, reveló a Entertainment Weekly en 2020, mientras hablaba de lo mucho que se identificó con su personaje en la serie “Fidelity”.

Después de que sus padres se separaran cuando ella tenía solo dos años, primero vivió con Bonet pero luego se mudó a Miami con su padre. Conforme fue creciendo, más sintió la presión de todo lo que implica la industria e incluso llegó a sentir que no era suficiente, en comparación a lo que eran sus padres.

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“No me gustaba mi nueva escuela. Sentí que no encajaba en ningún lado y estaba rodeado de una enorme cantidad de belleza y posturas. Yo era una chica de 15 años, fornido y de aspecto perfectamente normal, pero tenía una madre flaca increíblemente hermosa y un padre que estaba saliendo con una supermodelo, y me sentía bajo y desgarbado”.

Los problemas alimenticios marcaron su adolescencia

“Cada uno tiene su propio viaje. He luchado contra los trastornos alimentarios y la presión de lucir de cierta manera”, compartió Kravitz a Glamour UK. “He encontrado un equilibrio realmente maravilloso en términos de poner mi salud mental y mi cuerpo en primer lugar, y no puedo actuar si no tengo combustible y me siento [mal]”.

La actriz se enfrentó a la incomodidad de no encajar por sus orígeces birraciales

Aunque sus padres rompieron con muchas barreras y se salieron del molde de “artistas negros”, el crecer en diferentes ciudades, con diferentes contextos, llevó a Kravitz a a sentirse incómoda con su herencia como mujer birracial.

“Me sentí muy insegura con mi cabello”, dice, “relajarlo, ponerle productos químicos, depilarme las cejas muy finamente. Me sentía incómoda con mi negrura. Me tomó mucho tiempo no solo aceptarlo sino amarlo y querer gritarlo a los cuatro vientos”, reveló en una entrevista con The Guardian.

Todavía en 2012, cuando intentó audicionar para la película de Batman The Dark Knight Rises, fue rechazada porque era demasiado urbana para el papel, algo que le causó conflicto. “...Ser una mujer de color y ser actriz y que me dijeran en ese momento que no podía leer debido al color de mi piel, y la palabra urbano lanzada de esa manera, eso fue lo realmente difícil de ese momento”.

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