Una nueva miniserie de Netflix domina las tendencias en Internet. “Inventando a Anna” es la producción de la plataforma de streaming basada en el artículo viral de Jessica Pressler que narra parte de la historia de la estafadora de origen ruso Anna Sorokin, quien es más conocida como Anna Delvey.
El caso de Anna es recordado por la audacia que tuvo la joven para entrar a la escena social de Nueva York y posicionarse entre personajes de la élite gracias a su seguridad, carisma y pasión por la moda.
Aunque se sabía poco de esta mujer con acento europeo, las suposiciones acerca de su origen la hicieron crecer más en sus estafas y engaños.
Esta historia se hizo famosa en 2018, cuando Jesica Pressler publicó el artículo ‘How Anna Delvey Tricked New York’ (Cómo Anna Delvey engañó a Nueva York), después de que la joven fuera atrapada por la justicia.
El artículo sirvió como base para la filmación de la historia que hoy se encuentra en el top de lo más visto de Netflix, sin embargo muchos se preguntan: ¿qué es real y qué no dentro de esta trama?
La serie ha logrado cautivar a gran parte del público, pero esto no ha evitado que las críticas lleguen, especialmente por tratarse de una historia basada en hechos reales.
En gran medida, esto se debe a que la miniserie juega con hechos reales y ficción con una estructura que muchos han considerado confusa, pues existen muchos personajes secundarios e historias paralelas.
Lo que es ficción en “Inventando a Anna”
¿Es necesario hacer ficción sobre una historia que ya superó la fantasía? Netflix consideró que sí, y es así como la ya increíble historia de Anna fue llevada al streaming con algunas exageraciones, pero también con varias omisiones.
Una de las escenas más comentadas reúne a Anna con otro de los estafadores más audaces de los últimos años, Billy McFarland, quien dirigió una empresa de tarjetas de crédito llamada Magnises.
Según la serie, ambos vivieron bajo el mismo techo mientras Anna buscaba dónde vivir cuando sus estafas a hoteles ya eran conocidas en la industria.
Aunque la idea de dos grandes estafadores viviendo juntos puede emocionar a los amantes de las historias insólitas, esto no fue real.
El New York Post reseñó que Delvey llegó a la casa, que era sede de Magnise, gracias a un amigo a quien le pidió apoyo.
La joven pidió solo unos días, sin embargo “luego no quiso irse”, reveló al New York Times una fuente.
“Ella pasó el rato y fue a las fiestas. Estaba allí, sentada todo el tiempo”.
La empresa debió renunciar al contrato del alquiler y mudarse para, finalmente, deshacerse de Anna.
Aunque este episodio revela mucho de lo que es la personalidad de la estafadora, no fue relatado de la misma manera en la serie.