El papel más difícil de interpretar en la serie de Harry Potter definitivamente tiene que ser el de Severus Snape ya que se trata de un personaje sumamente complejo. Su naturaleza oscura nos hizo pensar que sería el villano de la historia, un sirviente más de Lord Voldemort que buscaba acabar con Harry y todo lo que tuviera que ver con Dumbledore y Hogwarts.
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Sin embargo, hacia el final de la saga, conocemos más de su pasado y entendemos el por qué de sus acciones.
A Alan Rickman sin duda le vino como anillo al dedo el personaje o mejor dicho, al personaje le vino como anillo al dedo Alan Rickman.
El actor logró una interpretación sublime, convirtiéndose en uno de los favoritos. Y si a eso se le suma el final trágico del personaje y la inesperada muerte de Rickman, tenemos una figura que se trascenderá por generaciones.
Dar vida a personajes de libros nunca es fácil, especialemente cuando tienes una audiencia tan exigente que quiere ver en carne y hueso lo que imaginó a través de las palabras. Rickman se aseguró de hacer justicia para Snape al clavar todos los gestos del hombre sin falta.
Según se reveló durante el especial de HBO, Harry Potter 20th Anniversary: Return to Hogwarts, Alan era el único que sabía cómo terminaba la historia ya que mientras que el resto del elenco iba sobre la marcha, él se preocupó por leer cada uno de los libros y empaparse de lleno en el mundo de J.K Rowling.
Ni siquiera el veterano actor Gary Oldman, quien dio vida a Sirius Black o Daniel Radcliffe que era el protagonista, sabían qué pasaría con sus personajes.
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“Solo Rickman”, dice Radcliffe a Oldman en el especial. “Tenía la línea interior. Muy, muy temprano le dijo a Jo que estaba como, ‘Creo que necesito saber qué sucede’”. Oldman ríe y responde: “Rickman tendría una entrada, ¿no?”
Radcliffe continúa: “Y nunca le dijo a Chris [Columbus], nunca le dijo a nadie. Chris literalmente le diría, ¿por qué haces eso así? Era como te lo diré más tarde...”
Conocer al personaje de fondo, llevó a Rickman a entender su psicología a la perfección
Cada movimiento que hacía para ejecutar sus hechizos no era ninguna parte de seguir sólo lo que decía el guión sino de plasmar la descripción que Rowling había escrito. Incluso había hechizos no verbales, como en la escena después de la muerte de Dumbledore, donde el actor hizo una perfecta coreografía con sus manos tal como el Snape del libro.
Los gestos de Snape también eran muy importantes ya que había veces en las que había silencios totales y aún así, transmitía todo. Al mismo tiempo, tenía esa maña de apenas mover los labios mientras pronunciaba las palabras, algo que Rickman dominó a la perfeccióm.
Todo el crédito y más debe ir al actor por perfeccionar la expresividad y el aspecto general de Snape, con esa cara impasible e hira contenida.
Los libros se aseguraron de hacer referencia a la falta de reacción de Snape cuando lo incitaban o en presencia de algo terrible.
Se vio bien en los recuerdos de Snape, durante Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte 2, especialmente durante la famosa escena “Siempre” cuando Alan combinó el rostro impasible de Snape con su tristeza silenciosa, algo que transmitió muy bellamente el dolor interno del personaje al espectador. .
Y claro, esa forma de caminar que parecía deslizarse o flotar se convirtió en toda una marca. Alan Rickman se las arregló para hacer realidad este manierismo agregando un encorvamiento a los movimientos de Snape, lo que tuvo el efecto de hacer que su túnica ondeara junto a él, ocultando así sus pies y completando el efecto de deslizamiento. Este tipo de delicadeza era algo que incluso Rowling no habría podido recuperar, y tiene que ser el mejor y más preciso manierismo de Snape que Rickman logró de manera sublime.